Lo cierto es que ni la lluvia ni la pandemia pudieron con los ánimos de los vecinos. «He venido a hacer pueblo», explicaron entre las personas presentes en las fiestas. Tampoco faltó a la celebación del día grande un grupo de visitantes de Mallorca. «Es un pueblo muy encantador», señalaron contentos por la visita.
Eso sí, desgraciadamente no se celebrará una propuesta tan popular como la Fira des Calamar dado que la evolución de la normativa no permite organizar un evento de este tipo con las necesarias condiciones de seguridad para los participantes.
Actuaciones de ball pagès, del Coro Parroquial, exposición de coches y motos antiguas son otros de los clásicos que repiten junto con propuestas nuevas como Miques, miquetes, micarates i micaroies, obra del Grup de Teatre Es Cubells el 1 de noviembre; o la muestra de acuarelas de Yoa Covas, Aires d’ahir i de sempre entre el 30 de octubre y el 7 de noviembre en Ca n’Anneta.
1 comentario
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... eso no es "hacer pueblo", porque el pueblo no es confesional... los que ahí acuden hacen iglesia en todo caso, si resulta que no saben hacer fiestas sin dejar de identificarlas siempre con una misa y una procesión... qué triste...