Equipo de investigación de la Guardia Civil. | EUROPA PRESS/GUARDIA CIVIL

Durante la «apertura» del verano de 2020 disfrutó del botín amasado residiendo en villas de lujo y viviendo «a todo tren» en islas como Ibiza o Tenerife, según ha podido acreditar la Guardia Civil. Con 30 años, poseía varias tarjetas de crédito y cuentas bancarias con titularidad falsa y ya portaba un lustro como prófugo de la Justicia. Sobre él pesaba una orden de búsqueda y captura ordenada por los Estados Unidos en 2015. Ahora, una laboriosa investigación del Departamento contra el Cibercrimen de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha permitido identificar y detener en Letonia al joven creador del denominado token Hodlife, uno de los mayores estafadores de criptomonedas.

Según informaron desde la Guardia Civil, los investigadores siguieron el rastro a un joven que se conectaba a la wifi de hoteles en la Costa del Sol, en Málaga, en su intento de no dejar rastro de una operativa que, usando identidades falsas, consiguió hacerse con el control de criptodivisas por valor de más de medio millón de euros, dejando atrás más de un millar de afectados.

La Guardia Civil comenzó la investigación por la información recabada a través de canales abiertos para perseguir este fenómeno delincuencial al alza.

Agresiva campaña en redes

El cebo de la estafa fue prometer a los usuarios invertir en un nuevo proyecto de criptomoneda, Hodlife, The Unicorn Token, con el reclamo de repartir luego parte de las comisiones de las operaciones que se realizasen con la plataforma. La UCO cree que, al margen de esta investigación, el treintañero arrestado hizo de la estafa su forma de vida.

Para la difusión de este proyecto, lanzó agresivas campañas de publicidad en perfiles de redes sociales como Twitter y Telegram, así como con una página web creada ex profeso, consiguiendo rápidamente atraer a una gran comunidad de usuarios embaucados para depositar sus criptodivisas en esta nueva línea de negocio.

La supuesta inversión se desenmascaró por sí sola el pasado mes de junio, cuando todos los inversores que habían invertido sus criptomonedas en Hodlife pudieron comprobar que habían sido transferidas hacia otras carteras, sin quedar rastro alguno de sus inversiones.