El doctor Ramón Canet, jefe de Medicina Interna de Can Misses. | Irene Arango

El número de personas en tratamiento por VIH en el hospital Can Misses se ha visto reducido por la pandemia de coronavirus. El jefe de Medicina Interna del hospital público de Ibiza, el doctor Ramón Canet, explicó ayer que Ibiza es «una población con peculiaridades» ya que en los meses de temporada estival «vienen personas con la enfermedad de otros sitios del país y, por tanto, tenemos una población flotante que atendemos y que vemos, al menos, una vez durante su periodo laboral en Ibiza y esto se ha visto afectado en este tiempo de pandemia de coronavirus».

En este sentido, se ha observado una disminución de casos en tratamiento en Can Misses ya que en 2019 se atendían a un total de 629 personas con esta enfermedad en Can Misses, cifra que pasó a las 637 el año pasado, mientras que en este ejercicio la cifra es de 620 personas que están atendiendo.

Casos nuevos
El número de casos nuevos es muy similar en los últimos tres años. En este sentido, en 2019 hubo 19 nuevos casos, el año pasado 18 nuevos casos diagnosticados y este año hay una veintena de nuevos diagnósticos. «Hemos constatado, a través de Farmacia, la reducción de personas en tratamiento; fundamentalmente porque no han venido a Ibiza o bien porque se han tenido que ir de la isla por su situación personal», expresó el doctor Canet. La irrupción de la pandemia de coronavirus ha condicionado la asistencia de las personas en tratamiento y en seguimiento en Can Misses.

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Así, «se ha hecho un esfuerzo por parte de todas las personas del equipo y todos los estamentos, incluyendo Farmacia y Laboratorio, para poder hacer las pruebas que se necesitaban para el seguimiento y los facultativos que formamos parte de la consulta monográfica si no se podía hacer presencial se hacía de manera telefónica», precisó el jefe de Medicina Interna de Can Misses.

En cuanto a los perfiles, actualmente el paciente que más están viendo en Can Misses es, predominantemente, un hombre que mantiene relaciones sexuales con otros hombres. La calidad de vida de las personas con VIH ha mejorado notablemente desde la llegada de los retrovirales de «gran eficacia» en el año 1996. «Afortunadamente, las personas con VIH han conseguido recuperar su estado de salud y tener una esperanza de vida casi igual que las personas que no tienen la infección.

Con lo cual estas personas que antes nos dejaban de manera prematura actualmente continúan con nosotros igual que envejecemos los especialistas que les atendemos. Tienen la posibilidad de hacer una vida normal personal y laboral y pueden tener descendencia, cosa que antes era difícil», apuntó.

Pese a los avances, el doctor Canet afirmó que continúa habiendo un estigma social alrededor de esta enfermedad: «Llevamos 40 años desde que se produjo el primer diagnóstico, que inicialmente se asoció a unos grupos sociales y prácticas determinadas y esto ha condicionado que, con el tiempo, se haya mantenido esta asociación entre la enfermedad y determinadas maneras de ser o hacer».