Los tres integrantes de la 'colla' que acudieron ayer a Sant Jordi, junto al párraco, Daniel Martín. | Irene Arango

La Iglesia tuvo un papel preponderante en la isla en el primer día del nuevo año.

Por la tarde, en la iglesia de Sant Jordi, tres miembros del grupo es Xacoters de sa Torre des Puig d’en Valls interpretaron cuatro estrofas de caramelles, más dos de gozos y el oferiment.

Con uno de ellos al tambor y la flaüta y los otros dos cantando –con castañuelas y espadín–, el sonido de las caramelles sustituyó ayer el clásico sermón del párroco, Daniel Martín. El obligado uso de las mascarillas y otras medidas relacionadas con el Covid-19 impidieron cantarlas enteras, porque, según afirmaron los integrantes del grupo, les «cuesta mucho más».

La parte más destacada de la interpretación fue, sin duda, la caramella de Navidad, que es el canto más antiguo conocido de la tradición ibicenca y que, a diferencia de los gozos, el oferiment y las caramelles de Pascua –más modernos, sobre ocho sílabas– se cantan sobre cinco.

La iglesia del pueblo se llenó para presenciar este espectáculo, que incluso atrajo a personas de otros lugares de la isla. Tal fue el caso de una madre y su hija, Dolores Roig y Julia Castelló, quienes aseguraron que la «curiosidad» las había hecho acercarse a la iglesia para escuchar las caramelles por primera vez.

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Misa en honor a la Virgen

Por la mañana, en la iglesia de Sant Carles, se había celebrado una misa en honor a la Virgen María, a quien los feligreses pidieron ayuda, particularmente, en este tiempo de pandemia.

No obstante, conviene precisar que se trata de una «fiesta universal de toda la Iglesia en la que se recuerda a la madre de Dios», como explicó el párroco, Antonio Ferrer. Éste subrayó la importancia de la Virgen María en Sant Carles, donde «siempre ha estado muy presente», pero recalcó que la celebración es general en todo el mundo.

«En toda la Iglesia es universalmente un día de precepto, así que, como cualquier domingo, todo el mundo asiste a esta fiesta para celebrar a la madre de Dios», detalló el cura, quien explicó que era el turno de María después de haber honrado a la Sagrada Familia y el día del nacimiento de Jesús.

Tras la lectura del Evangelio según San Lucas –que versó sobre la estancia de San José, La Virgen y el Niño Jesús en el portal de Belén–, Ferrer se refirió, durante la homilía, a «la madre de Dios y los beneficios que obtiene quien a ella se acoge».