El proyecto para impulsar el riego con agua depurada en la zona de Santa Eulària fue impulsado en 1989. | Daniel Espinosa

La Conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación del Govern balear confirmó ayer que, a falta de los últimos trabajos, «en unas semanas» estarán listas las obras que asegurarán el riego con agua de la balsa de sa Rota, en Santa Eulària. El pasado marzo las previsiones eran finalizar los trabajos en octubre y no se descartó poner en marcha el riego a finales de 2021. «Faltan los últimos detalles de la obra, como la conexión de la depuradora y la desaladora. Estamos casi en el final y supondrá un avance importantísimo para los regantes de la zona porque hace 20 años que la balsa está parada», señaló el director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Fernando Fernández.

Según afirmó también, se ha puesto en marcha un plan de puesta a punto de las instalaciones existentes porque el aprovechamiento del agua es «vital» para el sector y para la sostenibilidad del recurso.

A finales del pasado mes de marzo se descubrió que esta puesta a punto iba a costar sobre los 600.000 euros. La balsa de sa Rota, en Santa Eulària, fue construida en 1995 con el objetivo de regar los campos de cultivo con agua reutilizada. En el año 2000, y debido a la elevada salinidad, la balsa de riego dejó de utilizarse. Hace unos meses, el Govern puso en marcha su recuperación como primer paso para la puesta en marcha en Ibiza de un plan de consolidación y modernización de regadíos destinado al aprovechamiento de aguas regeneradas.

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En Santa Eulària todavía se recuerda la primera experiencia de uso de aquella agua procedente de la balsa de Sa Rota que quemó los cultivos de ocho payeses por su alta salinidad. El pasado marzo, el director general Fernando Fernández aseguró que no iban a producirse más incidentes de este tipo al contar ahora con nuevas herramientas como el control de los vertidos de salmuera de desaladoras privadas; un potente filtro con autolimpieza hidráulica y, como garantía extraordinaria, la posibilidad de aportar agua desalada a la balsa para bajar la salinidad en caso de ser necesario.

El proyecto de renovación de la infraestructura contemplaba además una conexión de la balsa con la desaladora de Santa Eulària, permitiendo poner en marcha una medida pactada con la Dirección General de Recursos Hídricos que implicaría la posibilidad de aportar agua desalada hasta alcanzar un nivel de cloruros aceptable según los parámetros del Plan Hidrológico de Baleares.

Respecto al control de vertidos de salmuera en la red de saneamiento, se trata de una medida impulsada por el Ayuntamiento de Santa Eulària mediante una ordenanza de vertidos. Fernández recordó que se trata de una acción muy importante con la que cuentan pocos municipios en Baleares.
Entre otras actuaciones, estaba previsto instalar también un sistema de telecontrol en la canalización con el objetivo de parar la entrada de agua si se produce un nivel elevado de salinidad. La comunidad de regantes de esta balsa está integrada por unos 55 agricultores.

Proyecto de 1989
Cabe recordar que el proyecto para impulsar el riego con agua depurada en la zona de Santa Eulària fue impulsado por la Subdirección de Infraestructuras Agrarias del Gobierno en 1989. En aquel momento, se destinaron 132 millones de pesetas (cerca de 800.000 euros) a la construcción de la balsa de regulación de la depuradora de Santa Eulària, el sistema de bombeo y la canalización. El principal propósito de dicho proyecto era el de preparar el futuro aprovechamiento de las aguas residuales depuradas. A este primer paso le siguió, casi de forma paralela, la construcción de la red para poder repartir el agua. En 1993 se empezaron a instalar las tuberías para regar lo que se denominará el sector A, en la zona de Santa Eulària, que se pondrá en marcha en 1995. Su coste fue de 84 millones de pesetas (algo más de 500.000 euros). En 2004 se termina la red para el sector B, que comprende la zona norte del municipio de Santa Eulària y Sant Joan que incluye un proyecto de modernización del sistema con la instalación de una desaladora portátil que no llegó a funcionar adecuadamente debido a las obstrucciones continuas de partículas que obstaculizaban las membranas de la desaladora.