El taller se celebra desde las 17.00 a las 20.00 horas y se prolonga durante unas 60 horas lectivas en las instalaciones que tiene Sa Colla de Sa Bodega en Vila. | Daniel Espinosa

Los garantes de la parte más tradicional de Ibiza siguen dando pasos para que todo aquello que hacían sus antepasados siga más vivo que nunca y se pueda acabar transmitiendo de generación en generación. Las numerosas collas de ball pagès gozan de una magnífica salud, cuando se normalice la situación del coronavirus se volverán a organizar festes de pou con gran afluencia de público de distintas edades y ya son muchos los expertos que imparten talleres y cursos muy diversos que van desde la elaboración de paredes de piedra seca en el campo ibicenco hasta cursos de músicas con varios siglos de historia como les gloses o el cant redoblat eivissenc.

Así, por ejemplo, cada martes por la tarde, desde las 17.00 a las 20.00 horas, desde hace ya más de dos décadas, la Colla de Sa Bodega con sede en la ciudad de Ibiza, organiza en colaboración con el Consell d’Eivissa un curso de elaboración de espardenyes tradicionales. Se celebra en el antiguo colegio de Sa Bodega de la ciudad y año tras año es un gran éxito aumentando el número de asistentes variando además mucho su edad y su procedencia.

«Una de las cosas más bonitas es que una parte tan importante de nuestra historia despierte interés en gente que no ha nacido aquí porque garantiza que se transmite una imagen de otra Ibiza distinta»

Según explicó ayer Cata Prats, presidenta de la Colla de Sa Bodega a Periódico de Ibiza y Formentera, la encargada de impartir el curso es María Prats, artesana con mucha experiencia y miembro también de este grupo folklórico desde hace mucho tiempo. «Es un auténtico lujo para nosotros poder contar con ella para las explicaciones porque además de todo el conocimiento que ella tiene se fue a aprender hace ya muchos años con una mujer que vivía por la zona de Sant Miquel y que ya por aquel entonces era una de las personas que más sabía sobre la elaboración de calzado ibicenco porque se lo habían enseñado de generación en generación».

Actualmente, en este curso participan una decena de mujeres. Todas ellas son muy diferentes entre sí y eso es, según Cata Prats, uno de los mayores éxitos de los que puede presumir la actividad. «Una de las cosas más bonitas e importantes que hemos ido consiguiendo con nuestras clases es que una parte tan importante de nuestra historia como es la elaboración de las espardenyes, el calzado que se usó hasta bien entrado el siglo XX en el campo para trabajar y para bailar cuando buenamente se podía porque no era nada habitual en Ibiza que hubiera zapateros que hicieran calzado con cuero o con piel, despierte interés en gente que a lo mejor no ha nacido aquí porque con ello nos garantizamos que se transmite y se promueve otra Ibiza distinta a la que en la mayoría de las ocasiones se da a a conocer».

Imágenes del taller. Vídeo: Daniel Espinosa.

«En primera persona»

Otro aliciente es que una vez que termina el curso, que se prolonga durante unas 60 horas lectivas todos los martes por la tarde, los participantes se pueden llevar a casa unas espardenyes que han elaborado ellas mismas tras haber participado en el proceso de elaboración desde el principio al final.

En este sentido, Cata Prats quiso agradecer la colaboración del Consell d’Eivissa «por haber financiado todo el material que se emplea para los cursos desde las primeras ediciones» y recordó que con ello también se dan a conocer «elementos que forman parte que han formado parte de nuestra cultura y nuestra vida diaria desde hace siglos y que en muchas ocasiones son relativamente desconocidos».

Entre ellos el esparto, «que se emplea fundamentalmente para la elaboración de la suela y las cuerdas de la espardenya» o la pitra, «una fibra en forma de hilos blancos que se obtiene de las hojas de la pitrera, una planta que no es autóctona de Baleares y que en buena parte de la Península recibe el nombre castellano de agave».

«Un trabajo muy laborioso»

Según la presidenta de la Colla de Sa Bodega el curso también incluye explicaciones por parte de María Torres sobre estas plantas y su tratamiento durante todo un proceso que, según sus palabras, «es muy laborioso jugando un papel fundamental la habilidad manual y la paciencia de cada cada participante».

No en vano, según la Enciclopèdia d’Eivissa i Formentera, para extraer las hojas de la planta se emplean dos técnicas. La primera busca sacar el hilo más resistente y de mayor calidad «empleando las del ojo que son las más tiernas y las más blancas, machacándolas después sobre una mesa mientras está apoyada en la cintura de quien lo trabaja, rallándolas con una hoja de sierra para quitarle la pulpa, humedeciéndolas y dejándolas secar». Mientras, en la segunda técnica se obtiene un hilo más rojizo y de peor calidad «y para ello se usan todo tipo de hojas de pitra que se posteriormente se meten en un horno, se hierven en calderas o se empapan en el agua de mar para poder quitarles la pulpa fácilmente con un raspador o una espadella».

Un trabajo laborioso pero que, según Cata Prats es sumamente satisfactorio. «Hacer una espardenya no es algo sencillo pero merece mucho la pena porque si se hace bien se puede acabar teniendo una zapatilla preciosa, artesanal y lo que es mejor, de una gran calidad que puede durar muchísimos años como he podido comprobar yo mismo con algunas que tienen mi hija».

El dato

Otros dos cursos miércoles y viernes por la tarde

El Consell d’Eivissa y sa Colla de Sa Bodega también organizan otros dos cursos parecidos que al igual que el de las espardenyes son totalmente gratuitos y se imparten en el antiguo colegio de Sa Bodega de la ciudad de Ibiza.

Así el miércoles de 17.00 a 20.00 horas se imparte un curso de confección de trajes de gonella negra que tiene una duración de unas 60 horas.En el se aprende todo lo necesario para poder confeccionar y llevarse a casa un ejemplar de esta prenda compuesta por cuerpo y falda que al principio usaban hombres y mujeres pero que a partir de la segunda mitad del siglo XV se destinó solo al género femenino y que aparece citada por primera vez en 1860 por el cronista que acompañó a Isabel II en su viaje a Baleares «como un sayo de tejido de lana gruesa que ceñía y oprimía el cuerpo femenino desde la cintura hasta los pies».

Por su parte, el viernes, también en el mismo horario de 17.00 a 20.00 horas, tiene lugar el curso de indumentaria tradicional. En este caso tiene 57 horas de duración y en él se aprende todo lo relacionado con todas las prendas femeninas de las mujeres ibicencas y que en muchas ocasiones son desconocidas para el público en general.