Un pez atrapado en una red abandonada en la zona de ses Bledes.

Las diferentes asociaciones de clubs de actividades subacuáticas de la isla manifestaron este sábado su «malestar» y su «indignación» por el anuncio realizado el Govern balear el pasado jueves en el que anunció que prepara un decreto para crear dos nuevas reservas marinas de interés pesquero en la isla de Ibiza: la de es Vedrans y la de ses Bledes.

Uno de los representantes de estas asociaciones, Miguel Ángel Galera Cardona, se manifestó a favor de que haya reservas marinas «pero no estamos de acuerdo con que se llame reserva a una zona donde se va a seguir permitiendo la pesca profesional, donde hay un negocio por medio. Apoyamos las reservas integrales, donde no pesque nadie», insistió.

En este sentido, recordó que lo que se plantea desde el Govern balear «es privatizar el mar» en dos zonas donde «ya tenemos una regulación, una legislación, donde ya tenemos unos días de veda y para lo que pagamos unas cuotas especiales para poder pescar ahí, a parte de nuestras licencias federativas, nuestra licencia de pesca y nuestro seguro». Además, recordó que el Plan Natura ya califica estas zonas como reservas, y que lo único que pretende el Govern balear con el decreto anunciado es que «nosotros no tengamos cabida». Un «nosotros» que son más de 200 licencias de pesca submarina en la isla de Ibiza.

Galera recordó que, en estos momentos, la legislación sólo les permite pescare en estas zonas un ejemplar de cada especie, «y de algunas especies incluso ninguno, y eso es algo que se respeta

Ante esta situación, reclamaron a las instituciones que haya «un mayor control y una mayor vigilancia» para que «no se nos acuse de que cogemos más kilos de lo permitido y de que hay gente que se beneficia de este tipo de pesca». Una actividad que se denomina «furtivismo» y sobre la que se mostraron «totalmente en contra».

Por su parte Diego Alcalde, representante de otra de las asociaciones, recordó que las empresas que podrán pescar en la reserva tendrán permitido lanzar un kilómetro de red y palangres con 500 anzuelos. «Con eso pueden hacer mucho daño al ecosistema y tienen carta blanca para pescar ahí», denunció, mientras que se prohibe la pesca recreativa «que tiene un impacto nulo para el ecosistema», ya que se basa en el «autoconsumo».

Desde el sector ya han anunciado que están elaborando una hoja de ruta para realizar una serie de acciones de protesta por la aprobación de este decreto.