Vista general de parte de la ciudad de Ibiza, | Archivo

El cliente extranjero interesado en adquirir una vivienda en Ibiza o Formentera se ha incrementado sobre un 5% en estos últimos tiempos. En las Pitiusas, franceses u holandeses son ahora mismo los principales interesados en comprar. Se trata de clientes con un elevado poder adquisitivo, que buscan una segunda residencia en muchos casos, y que pueden invertir hasta un millón de euros en una casa, según la Asociación de Profesionales Inmobiliarios en Ibiza (API).

Jeffrey Fernández de Bobadilla, delegado insular del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria y de la Asociación API Baleares, asegura que si habitualmente las inmobiliarias pitiusas solían trabajar con un 60% de clientela nacional, después de la pandemia se ha percibido un importante incremento del cliente extranjero. «Parecía que esta demanda se iba a estabilizar, pero sigue habiendo muchas peticiones de fuera», reconocen desde API.

El delegado insular indica además que en estos momentos el sector está registrando bastante movimiento tanto en compraventas como en alquileres. «En cuanto a viviendas para vender, sí tenemos stock suficiente, pero si hablamos de inmuebles para alquilar a trabajadores que vienen a hacer la temporada o a personas que buscan un inmueble por cualquier otro motivo, existe una falta de stock bastante importante», lamenta el experto.

Sector lujo
Según Fernández de Bobadilla, en las inmobiliarias pitiusas se mantiene además otro perfil de comprador: el cliente de clase media que pretende comprar una casa para vivir todo el año y que suele fijarse en inmuebles de entre 350.000 y 500.000 euros. Al mismo tiempo, estas empresas siguen trabajando con clientes del sector del lujo, interesados en mansiones cuyo precio puede superar los dos millones de euros.

Según parece, los precios en este ámbito se han ido regularizando: «Lo que ha pasado es que en Ibiza había precios desorbitados y ahora están empezando a equilibrarse. Podría suceder que, si empieza a subir la demanda, aquel vendedor que pretendía sacar algo más y que no ha podido, intente subir los precios de nuevo. Por ahora esa situación no se ha dado porque los inmuebles se están vendiendo bien. Si vuelven a subir los precios, volverá a haber un stock de inmuebles a un coste elevado y que no se corresponde con la realidad de los precios finales de las compraventas. Está habiendo mucho movimiento inmobiliario en compraventas».

Sobre el problema residencial en las islas, desde API consideran necesario impulsar soluciones y medidas transversales que actúen sobre varios aspectos a la vez. «Lo que hay que hacer es adoptar muchas medidas, en vez de ir adoptando soluciones de manera aislada que desajustan los efectos de otras acciones. Habrá que hacer algo para evitar parches que solo confunden. Es cierto que el problema de la vivienda es muy complicado y tendremos que decidir si se construye más y se pierde calidad de vida o si se mantiene tal cual y se encarece lo que ya existe. En cualquier caso, la Administración deberá participar», afirma el delegado insular de API.

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Desde la asociación consideran que si este año ha subido el precio de las habitaciones en alquiler es porque, a su vez, se ha incrementado el coste de las viviendas entre un 2 y un 5%, según API. En estos momentos, por una simple habitación en las Pitiusas se pueden llegar a pedir unos 500 euros de media, hasta 1.000 en algunos casos.

«Han tenido un repunte puesto que, durante la pandemia, bajó el precio o se tuvieron que aceptar condiciones. Aquello fue un espejismo y ahora se ha vuelto a la situación prepandemia», indica Fernández de Bobadilla.

En cuanto a los alquileres de locales comerciales, el delegado explica que este año se está registrando también mucha demanda, aunque cree que se ofertan a precios demasiado caros y, por lo tanto, «absurdos».

«Pinta mal»
«La temporada se presenta sin nada nuevo en el horizonte. Habrá que coger el toro por los cuernos y ver si se puede solucionar el problema de la vivienda o del urbanismo porque hay muchos inmuebles con ilegalidades y difíciles de comercializar», concluye.

Responsables de conocidas inmobiliarias en Ibiza coinciden en destacar la falta de pisos destinados al alquiler que están sufriendo esta temporada. Según explican, después de la pandemia muchos propietarios han optado por alquilar durante todo el año, con lo cual se ha reducido el stock disponible para ofrecer en temporada. «Atendemos a mucha gente que venía en verano a trabajar y este año no lo harán porque no encuentran piso. Ahora mismo, si tuviéramos dos edificios completos para alquilar, los alquilaríamos de inmediato. El verano, en relación a los alquileres, pinta mal», lamentan profesionales del sector.

A modo de anécdota, destacan cómo han tenido que rechazar viviendas en muy mal estado y que algunos propietarios pretendían poner en alquiler.