A la izquierda de la foto, la familia monomarental formada por Sara Barbado y su pequeño Leo. A la derecha, la familia formada por Inés Santiago y su hija Iria. | Daniel Espinosa

Las protagonistas de esta cantinela social son, la mayoría de las veces, mujeres escoradas que gritan desde los márgenes buscando empatía y justicia. Así se sienten Sara Barbado e Inés Santiago, dos mujeres independientes y trabajadoras, que han visto cómo la decisión más importante de sus vidas ha convertido su camino en una senda llena de coraje y de valor.

Sin duda, la fortaleza de estas dos mujeres de Ibiza brota cada vez que alguien cuestiona su decisión de ser madres solteras. Es más, desde que se convirtieron en dos familias monomarentales, ambas enfrentan cada día desafíos sociales, culturales e incluso legales, llegando a revolucionar el panorama mediático ibicenco durante días.

Sentencia

Tanto Sara como Inés se han convertido en guerreras de su vida desde que decidieron luchar por sus derechos como madres solteras.

Sin ir más lejos, un juzgado de Ibiza les dio la razón y, ambas mujeres, consiguieron las 16 semanas de prestación que le corresponderían al otro progenitor por el nacimiento de su hijo. No obstante, a los pocos días el Instituto Nacional de la Seguridad Social interpuso un recurso a dicha sentencia, alargando aún más el procedimiento a sabiendas, según Sara Barbado, de que el resultado va a ser favorable para ellas.

Sin embargo, mientras llega la resolución en firme, tanto Sara Barbado como Inés Santiago están volcadas de lleno a la vertiente social con la creación de la Asociación de Madres Monomarentales por Elección de Eivissa y Formentera.

Según Sara han enviado la solicitud de inscripción en el registro de asociaciones, pero todavía no está reconocida oficialmente. Desde esta entidad, ambas quieren reivindicar que las madres solteras son mujeres que «contamos». Son protagonistas de un mismo camino, un recorrido que escriben sin miedo ni vergüenza. «Desde que hemos empezado a exigir nuestros derechos y equipararnos a las familias numerosas, nos hemos sentido cuestionadas por la sociedad», subrayó Sara Barbado.

Historias

Cuando ambas hablan de su pasado, de su propia historia, se vislumbran sus recuerdos más recientes por encima del resto. Sara, madrileña de 40 años, lleva más de seis años afincada en Ibiza.

«Dejé toda mi vida allí y me vine con la idea de montar un gimnasio en la isla. Y así lo hice», destacó Sara con satisfacción mientras ambos pequeños, un niño y una niña, jugaban juntos sobre los seguros brazos de sus madres.

Según Sara, además de las 16 semanas de prestación, reclama poder conciliar la vida familiar y laboral. En este sentido, la equiparación a las familias numerosas, un derecho estipulado en la ley de Baleares, es imprescindible para las necesidades del menor.

Por su parte, Inés Santiago necesita más tiempo para dedicarle a su hija Iria. Esta gallega, de 43 años, llegó a Ibiza cuando era tan solo una niña curiosa y decidida. Ahora trabaja en la banca y, según esta mujer, la van a trasladar a otro municipio de la isla.

«Voy a trabajar a 20 minutos de casa. Necesito las 16 semanas de prestación que le corresponderían al otro progenitor para pasar tiempo con Iria», señaló Inés mientras observaba los grandes e impactantes ojos de su pequeña. Ambas mujeres se sometieron a los servicios de fecundación in vitro. No obstante, mientras que la madrileña se quedó embarazada a la primera, la gallega necesitó cuatro intentos de fecundación.

Además, subrayó que, para no tentar a la suerte, se realizó seis transferencias embrionarias. «Su nacimiento fue un milagro que me ha cambiado la vida», puntualizó Inés Santiago.

Ley de familias

Cabe recordar que en 2018 se aprobó en el Parlamento la primera ley de apoyo a las familias de las Illes Balears. La norma defiende la protección de las familias más vulnerables, dado que, por primera vez, se define por ley qué situaciones familiares son de especial protección y se obliga a las administraciones a garantizar su amparo. «Establece qué situaciones familiares son de especial protección social y, por tanto, prioritarias a la hora de recibir servicios y prestaciones públicas», determina.

Es el caso de las familias numerosas, las monoparentales, las familias en riesgo social y víctimas de violencia machista, las que tienen a su cargo personas en situación de dependencia o discapacidad y las familias en situación de vulnerabilidad económica.

En este sentido, la Ley prevé la equiparación, por medio de un decreto, de las familias monoparentales con más de un hijo o hija (o un solo hijo o hija con grado de discapacidad) a las familias numerosas en el régimen de ayudas y exenciones de ámbito autonómico. Una ley que, según ambas madres solteras, no se está desarrollando en Baleares.