«A las dos de la tarde del 18 de junio de 1922 se reunieron en el local de la sociedad de pescadores y gente de mar de Ibiza y Formentera los señores organizadores del Pósito de Pescadores y gran número de pescadores». Así empieza el documento, escrito con una caligrafía exquisita, con el que se ponía en marcha, hace casi un siglo, lo que hoy es la Cofradía de pescadores de Ibiza y Formentera, que comenzó llamándose Pósito de pescadores de las Pitiusas y que popularmente se conoció siempre como ‘Sa Barraca’.

Se trata de un documento que firmaron Antonio Marí Marí, José Planells Torres, Juan Serra Mayans, Ramon Molio, Antonio Ribas Tur y Vicent Medina Ferrer y que estos días los responsables de la cofradía están recuperando y organizando para la muestra que están preparando para conmemorar, junto a otros eventos, el año del centenario de esta institución.

En sa Riba

En el momento de la constitución del Pósito de Pescadores de las Pitiusas la sede de los pescadores se encontraba en el barrio de sa Riba. Pegado al muro había una rampa por la que los llauts entraban y salían. A lo largo del muro se extendían las redes que reparaban a la sombra. Un pequeño almacén, la barraca, en el que se guardaban las artes y utensilios, y un edificio humilde eran la sede de esta cofradía. En el piso superior del edificio estudiaban los hijos de los pescadores.

Una estampa de la que Toni Molio, Rompascotas, fue testigo en su niñez. Molio nació seis años después de la firma en el Pósito de pescadores. Recuerda que entre los cambios que ha sufrido el que fue su oficio está «la cantidad que se pescaba. Dónde ahora pescas un pez, antes cogías una tonelada». También echa de menos especies que han desaparecido de las redes y de los anzuelos de los pescadores pitiusos. «Antes había mucha salpa o anguila. Ahora no se ve ni una. También se veían tortugas por todos lados, que se vendían vivas en el mercado», relata.

Toni Molio ‘Rompascotas’, pescador jubilado.

Durante el siglo de vida de esta asociación han sido muchos los patrones mayores que la han dirigido. El primero en ostentar este cargo fue Francisco Ferrer Moltó, a quién apodaron el Ché, no por vinculaciones políticas si no por el marcado acento valenciano que tenía de nacimiento. Un hombre que no se desprendía de su puro, tal como recuerda su nieta, Merche. «Mi madre (hija del Ché) siempre dice que seguro que dormía con el puro».

Traslado

La cofradía, sa Barraca, se trasladó años más tarde a la ubicación que ocupa ahora mismo la cofradía. También dejó de representar a todos los pescadores pitiusos, dejando espacio a las cofradías de Formentera y de Sant Antoni. De esta manera, desde mediados de los años 90, las cofradías de Vila y de Sant Antoni se reparten la isla a partes iguales desde sa Caleta a Sant Miquel.

En 2008 se reinauguró el edificio tal como luce hoy en día. Las condiciones del edificio antiguo y las normas sanitarias obligaron a ello. Entonces, el patrón mayor de la cofradía era Emilio Benítez, que estuvo en el cargo durante 14 años tras José Antonio Costa, antes de que Toni Cardona le sucediera. Benítez recuerda la mutación de la barraca en cofradía de manera agridulce debido a los problemas de financiación que sufrieron en ese momento. «Al final lo pagamos con penas y sudores. Lo que parecía que tenía que ser una explosión de alegría con el cambio resultó ser un cartucho mojado. No llegó a explotar o, en todo caso, nos explotó en las manos.

Emilio Benítez, ex patrón.

Hoy en día el patrón mayor de la cofradía es Toni Blay y la cofradía la forman unos cincuenta socios, que se rigen por una junta directiva. Desde la cofradía se centraliza tanto la venta del producto, el etiquetado y la conservación como las gestiones de documentación, seguros y demás burocracia. En la cofradía de Ibiza no se ha hecho nunca subasta. Los precios se marcan por acuerdo en junta directiva. Además, se trabaja de manera intensa para fomentar el producto local, la educación ambiental y otros temas que giran en torno al mundo de la pesca, tal como Pere Varela, vocal de la Cofradía y gerente de Peix Nostrum. Varela pone en valor el apoyo que está recibiendo su sector en los últimos años por parte de las instituciones «que apoyan a todo el sector primario de la isla. Ya se están viendo resultados como que antes la estrellas en Ibiza eran los djs internacionales y ahora quienes vienen son estrellas michelín de todo el mundo a apreciar nuestro producto».