Las dos hermanas Loli y Antònia Riera en su estudio donde trabajan de Ibiza. | Daniel Espinosa

Agobiada y estresada pero sin perder su sonrisa y el buen humor. Así atendió ayer Antònia Riera a Periódico de Ibiza y Formentera para hablar de los 25 años de la firma Ibimoda, de la pasarela Adlib, de la colección que presentarán este sábado en es Martell, de la salud de la moda en Ibiza y de su amor por la isla que les vio nacer y que les ha visto crecer como empresa hasta ser una de las marcas de referencia en la isla.

De hecho, en este cuarto de siglo han conseguido clientes fieles, anónimos y muy conocidos como la princesa de Marruecos y esposa del rey Mohammed VI, Lalla Salma, y han sido reconocidas con galardones como el Dedal de Oro, considerado por la prensa especializada como los Óscar de la moda, o el Ramón Llull y el Posidònia.

Aprendieron de su prima

La relación con el mundo de la moda de las hermanas miqueleres Loli y Antònia viene de cuando aprendieron el oficio de una prima suya. Sin embargo, no fue hasta que la mayor se quedó sin trabajo, en medio de la gran crisis de los 90 que se llevó a muchos talleres por delante, cuando dieron el paso para crear la marca. «Éramos jóvenes y con muchas ganas de hacer cosas nuevas y, tras probar en varios sitios, pensamos que era el momento de crear nuestra primera colección que presentamos para El Corte Inglés con la suerte de que les gustó tanto que nos encargaron más de 2.000 prendas de tres modelos diferentes», explicó ayer Antònia con una gran sonrisa al recordar como su hermana se presentó en Madrid después de una noche de tormenta aquel 11 de septiembre de 1997 con una gran maleta donde llevaba una veintena de vestidos de fiesta.

Una de sus últimas colecciones de trajes de novia.

Aquel primer éxito fue el inicio de una historia muy bonita para la que, según Antònia, también tuvieron que luchar y pelear. «Teníamos que trabajar muchas horas para cumplir con unos plazos de entrega muy exigentes con parámetros de confección excelentes y pagándonos unos precios muy ajustados, pero echando la vista atrás pienso que lo hacíamos encantadas porque la moda siempre ha sido nuestra pasión».

Poco a poco, los años han ido pasando e Ibimoda es una de las grandes marcas de Adlib gracias al equipo perfecto en el que Loli se encarga de la confección y Antònia, antigua estudiante de la Escola d’Art d’Eivissa, de la parte del patronaje.

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En este tiempo, la firma se ha adaptado a los nuevos tiempos. «En 2001 desfilamos por primera vez en la Pasarela Adlib, en el portal de ses Taules, y lo hicimos con vestidos de fiesta, y ahora dos décadas después, lo que más se pide son vestidos de novia porque casarse en Ibiza se está recuperando tras el coronavirus», explicó Riera.

Lo que no ha variado es la elaboración artesanal de sus prendas, los materiales de calidad y sus trajes con encajes bordados en los que mezclan distintas telas y texturas y que les ha valido el apodo cariñoso de las reinas del guipur. «Son premisas que son innegociables para nuestra firma, nuestra forma de entender la moda y para todo lo que significa Adlib y, por ello, es cierto que son prendas que pueden ser más caras que otras del mercado asiático pero que, sin embargo, no tienen el valor añadido de ser únicas e irrepetibles».

Actualmente, siguen trabajando junto a tres personas en su taller del 19 de la calle Vicent Serra i Orvay de Vila, pero cuando llegan las épocas de mayor trabajo o las pasarelas delegan en talleres subcontratados. «Se trabaja intensamente en épocas concretas del año, pero casi nunca perdemos la sonrisa porque somos unas afortunadas a las que nos encanta nuestro trabajo y porque siempre hemos sido conscientes de que tenemos que ponerle una mezcla de energía, corazón, manos y cabeza».

En 2021 dejaron el listón muy alto

Durante la Pasarela Adlib 2021 del Baluard de Santa Llúcia y en la que se celebraban los cincuenta años de la primera edición, Ibimoda sorprendió a todo el mundo con una apuesta arriesgada y original bajo el nombre de Retrospective by Ibimoda y que consistió en una quincena de vestidos que ya habían desfilado en ediciones anteriores. «Lo propusimos porque llevamos 15 meses sin trabajar por culpa de la pandemia y porque queríamos estar más tranquilas y la verdad que fue todo un éxito porque a todo el mundo le gustó mucho la idea y muchos nos dijeron que teníamos material como para montar un museo», bromeó Antònia.

Ahora, son conscientes de que tienen el listón muy alto y por ello están trabajando intensamente para que Estels luzca igual de radiante. «No queremos adelantar demasiado; son 12 prendas de corte romántico y muy de estilo Adlib, divididas en tres partes, una de cóctel y más tranquila, otra para hombres y una final, con una media docena de propuestas de trajes de novia».

De hecho, Antònia asegura que a día de hoy, prácticamente el cien por cien de su producción está destinada al sector nupcial. «Ha estado, sigue y estará de moda casarse de blanco y con un vestido precioso de Adlib en uno de los muchos sitios idílicos de Ibiza y con todos los invitados de blanco y además, después de la pandemia del coronavirus, el sector se está recuperando muy bien porque hay muchas ganas de volver a celebrar al vida entre amigos y disfrutar de la vida», concluye.

El apunte

«Es necesario un reglamento para Adlib»

l El Consell d’Eivissa ha elaborado un reglamento sobre Adlib Ibiza y regular su utilización y los criterios bajo los cuales los diseñadores y firmas puedan hacer uso de la marca. De hecho, las firmas de la pasarela tienen que reunir una serie de requisitos como tener al menos un taller de confección en Ibiza, realizar como mínimo un 75% de sus prendas en la isla, tener el domicilio social y fiscal aquí y estar en posesión de la carta de artesano, de maestro artesano o, en el caso de ser una empresa, del Documento de Cualificación Artesanal del Consell d’Eivissa en los oficios de camisero, cosedor, modista, pantalonista, patronista o sastre. Algo que Antònia Riera ve muy positivo. «Se tiene que cuidar y mantener esta profesión tan bonita y con tanta historia porque durante años daba la sensación de que valía todo y porque Adlib es un sello y una referencia de una isla de la que yo, como Ibiza que soy, estoy profundamente enamorada».