Joan Torres es el responsable político de poner en marcha la zona azul para Sant Antoni. | ARCHIVO

La puesta en marcha de una nueva zona azul es una reclamación sobre todo del sector comercial del casco urbano de Sant Antoni. Tras el fracaso de la restricción de aparcamiento mediante reloj (se fijaba un máximo de dos horas de aparcamiento y el conductor debía poner un reloj con la hora de llegada) debido a la falta de control, los comerciantes y negocios solicitaron alguna medida eficiente para aumentar la rotación, sobre todo en los meses de verano.

Joan Ribas, presidente de la asociación de comerciantes de Sant Antoni, lamentó que hubiera llegado el verano y todavía no se hubiera implantado la zona azul. Explicó que esta medida favorecerá que los vecinos del municipio    que viven fuera del casco urbano de Sant Antoni «puedan venir a comprar y encontrar aparcamiento fácil».

Añadió que la rotación de vehículos servirá además para facilitar el aparcamiento para cualquier trámite o visita que se quiera hacer al pueblo.

Conchi Gil de la mercería Marvi se quejó de la existencia de «un problema de aparcamiento tremendo». «Nuestras clientas si no saben dónde aparcar no vienen a comprar. Hay clientas que conocen el género que quieren y lo encargan para recoger. Pero no es la forma, las clientas lo que quieren es aparcar, meter la monedita y tener 20 o 30 minutos para poder comprar».

También expresó cierta indignación por la tardanza en la puesta en marcha de la medida, que se dijo que llegaría antes del verano y todavía no se ha licitado, un proyecto que depende de Joan Torres, concejal del Pi.

El sistema de zona azul de pago en el municipio de Sant Antoni fue aprobado por el pleno municipal en el mes de enero, sin embargo ya se conocen los detalles de cómo funcionará. La licitación del nuevo servicio ya está en marcha con un valor estimado del contrato de casi 4,5 millones de euros. El servicio de control y regulación de estacionamiento se aplicará, al menos, durante los próximos ocho años, que es la duración establecida para este contrato.

El aparcamiento estará regulado en prácticamente todo el casco urbano, desde la estación de autobuses a la avenida Isidor Macabich en su delimitación este-oeste y del carrer d’Alacant al Passeig de ses Fonts de norte a sur. En total son 25 calles del municipio con 728 plazas de aparcamiento en las que los no residentes podrán aparcar un máximo de dos horas mientras que habrá una tarifa especial para residentes. Quedará fuera de esta regulación la zona del entorno de Ses Variades, que en el Pleno del mes de enero se indicó que sería la zona 3, pero finalmente no aparece como zona regulada y la aplicación de la tasa quedará limitada a dos zonas.

Un euro la hora

La tasa por aparcar media hora será de 0,50 céntimos (una hora un euro y dos horas dos euros) y el pago se podrá hacer en fracciones de un mínimo de 5 céntimos. Como en los municipios en los que ya está implantado este sistema en la isla, se podrá pagar tanto en los parquímetros distribuidos por toda la zona de aparcamiento limitado como a través de una aplicación móvil.

En cuanto a los residentes, podrán solicitar una pegatina que acredite su vehículo para poder pagar una tarifa diaria de 0,50 céntimos. Además se establecen abonos anuales con un coste de 30 euros para cada una de las zonas.

El apunte

Solo una tarjeta por domicilio y comercio

Un aspecto a tener en cuenta es que sólo se expedirá una tarjeta por domicilio y por comercio, por lo que sólo se podrá aplicar esta tarifa a un vehículo de los que existan en cada casa o negocio. Las tarjetas permitirán aparcar con esta tarifa sólo en la zona de residencia. Las calles al sur de la calle Cervantes son de zona 1 y desde la calle Cervantes hacia el norte es la zona 2. En cuanto a los horarios de aplicación de la tasa, se establecen dos horarios a los largo del año, uno en invierno. Durante los sábados se pagará sólo en horario de mañana y otro para el verano (del 1 de abril al 31 de octubre) de lunes a sábado de 9:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 21:00 horas.