Avenida de Platja d'en Bossa. | Daniel Espinosa

La carretera de Platja d’en Bossa, ubicada en el final del municipio de Sant Josep, esconde algunas de las discotecas más famosas y visitadas del mundo, lo que la convierte en uno de los principales reclamos turísticos de Ibiza. Asimismo, al ser una de las vías más extensas, con 1,4 kilómetros de largo desde su inicio en Carrer de la Gamba Roja, posee también infinidad de hoteles, beach clubs, bares y pubs nocturnos.

A medida del turista

No hay discusión en que la carretera de Platja d’en Bossa es una de las carreteras más transitadas de toda la isla de Ibiza. Sus transeúntes son principalmente extranjeros de todas las partes del mundo que buscan vivir la fiesta ibicenca, además de trabajadores y residentes en zonas cercanas o bien en otros puntos de Ibiza. Asimismo, la avenida se encuentra a escasos metros de la playa homónima, Platja d’en Bossa, donde todos los veranos se reúnen centenares de turistas.

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Es por eso que muchos negocios ven en esta calle un lugar ideal para asentarse durante la temporada turística. «La temporada ha sido muy buena; la gente tenía ganas otra vez de volver a salir. Esto vuelve a funcionar», explicó Geno, una gerente de un conocido local de la zona, a Periódico de Ibiza y Formentera. «Lo único malo es que han estado algo duros con la normativa de la música en las terrazas», concluyó.

Por supuesto, la paz y el descanso no caracterizan esta zona. Al contrario que otras vías vecinas de Platja d’en Bossa, esta carretera no deja sitio para residentes de la isla se instalen a vivir en ella. A lo largo de toda su extensión no encontraremos ni un solo bloque de pisos residencial. «Por esta carretera paso unas cuatro o cinco veces al año. Las cuatro o cinco fiestas a las que voy en verano y ya está», señaló Marta, una joven ibicenca. «Ahora está casi muerto, pero en pleno julio y agosto esto es una mezcla entre guirilandia y zombieland», dijo entre risas.

‘Closings’

Aunque muchas otras zonas de la isla con el fin del verano han perdido toda su clientela, este enclave se nutre hasta la llegada de los famosos closings. No es de extrañar que centenares de personas visiten la isla a mitades de octubre para asistir a la despedida de su club favorito. En este sentido, son miles las personas de todas las partes del mundo que se desplazan para disfrutar de las fiestas de cierre de las principales discotecas. Con los closings ya terminados y a las puertas del mes de noviembre, esta céntrica zona entra en una fase de remodelación y obras que impulsa el Ayuntamiento de Sant Josep.