La recogida de datos realizada este domingo por un grupo de 15 expertos en el fondo marino ibicenco servirá para la elaboración de una base de datos que refleje cómo aguanta la posidonia a las altas temperaturas del mar que se están produciendo en los últimos tiempos.

El Club Náutico de Ibiza ha acogido este domingo una jornada de divulgación sobre la importancia de la posidonia oceánica en el marco del programa Viu la posidònia. En dicha jornada, en la que participaron Óscar Serrano y Karina Inostroza, dos investigadores del Centro de Estudios Avanzados de Blanes, además de numerosos buceadores, biólogos y naturalistas, se presentó el programa de monitorización de la floración de la posidonia, que arrancó en la expedición científica y medioambiental de buceo celebrada el sábado, en la que participaron tomando muestras el investigador Óscar Serrano; los oceanógrafos Balma Albalat y Diego Ponce, además de las biólogas Marisol Torres y Brenda Fatecha.

Balma Albalat, bióloga marina del GEN-GOB, señaló que el objetivo de este muestreo piloto «es cuantificar la floración de la posidonia en el Malví Sud». Un total de 15 buceadores se desplazaron a la zona para documentar dicha floración mediante fotografías y técnicas de buceo científico. Por un lado, los fotógrafos aportarán imágenes al concurso de fotografía sobre la floración y, por otro lado, cinco expertos del equipo realizaron conteos aleatorios de haces y flores, iniciando de esta forma una base de datos que permitirá monitorear a nivel cuantitativo la floración en relación con los veranos especialmente cálidos como consecuencia del cambio climático.

Albalat destacó a su vez que «este impulso científico en el marco de Viu la posidonia abre la puerta también a futuras colaboraciones con otros grupos de investigación expertos en la materia como el CEAB u Observadores del Mar». Asimismo, subrayó que, «si bien los datos de la inmersión aún están por analizar, se ha sobrepasado con creces la cantidad de datos mínima para poder realizar tests estadísticos robustos, siempre que se mantenga la toma de datos durante los próximos años, pues las tendencias de organismos como la posidonia requieren décadas de estudio para determinarse».

Con todo ello, «esperamos poder arrojar un poco de luz acerca de cómo las praderas de posidonia están respondiendo al cambio climático a nivel local, poniendo énfasis en la influencia de las altas temperaturas en las estrategias reproductivas de esta fanerógama marina Patrimonio de la Humanidad», explicó la bióloga.

Por su parte Óscar Serrano, investigador internacional especializado en posidonia, hizo hincapié en la importancia de este alga en la conservación de la biodiversidad marina y subrayó su papel clave para proteger la arena de las playas, la costa y el fondo del mar, así como los beneficios del carbono azul. «De las praderas de Ibiza y Formentera sabemos muy poco y es importante la recogida de datos para incluirlos en la red marina de emisiones de carbono en los lugares Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. Una de las grandes preguntas que nos podemos hacer después de hoy (por ayer) es cuál es el grado de emisiones de Ibiza capturado por la posidonia», manifestó Serrano.

Karina Inostroza, también experta en posidonia que ha realizado numerosas investigaciones en Australia, explicó las consecuencias del cambio climático en la bahía de Shark, también declarada Patrimonio de la Humanidad. Ahí una extensión de 4.000 kilómetros cuadrados de posidonia , con elevados niveles de biodiversidad, sufrió de forma devastadora la intensa ola de calor del año 2011, hasta el punto de que desaparecieron 1.000 kilómetros cuadrados de la planta. «No podemos descartar que algo así pudiera ocurrir en Ibiza y Formentera con un aumento notable de la temperatura del mar, por lo que es muy importante monitorizar la pradera, tener información y afrontar soluciones para mitigar todo tipo de impactos, también los derivados de las anclas de los barcos», añadió Óscar Serrano.