Imagen de la transitada calle Castilla. | Toni Planells

La calle Castilla está en pleno corazón de Vila porque nace en la plaza de sa Graduada y llega al Parque de la Paz. La calle mide 440 metros, de los cuales 120 son de calle peatonal, a los que hay que sumar las distancias de los dos pasajes que conectan esta calle con Ignacio Wallis, Balàfia y Castaví.
«La calle ha mejorado mucho desde que se hicieron las reformas. Con el tramo peatonal y el nuevo edificio que están haciendo, la zona se está dinamizando mucho», declaró José María Calvo en su barbería, Barber Shop, ubicada en la zona privada al tráfico. «Ojalá hicieran toda la calle peatonal», señaló Toni Tur desde su bar Balàfia y desde su experiencia, lleva 39 años trabajando en esta calle, que «está cerca de todos lados».

Por su parte, Paula Canal, residente de la zona, no perdió la ocasión y se quejó de las obras de la avenida vecina. «No dejan de hacer ruido hasta las tantas de la noche. Además, ahora pasa el camión de la basura a las cinco de la mañana y también hace mucho ruido», indicó. Obras que, según la peluquera de Vanity, Maria José Ruiz, generan más movimiento en la zona. «Como no se puede pasar por Isidor Macabich, hay más movimiento», explicó.

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Un ruido que, cuando llega la tarde, se ve reducido drásticamente. «Hay noches en las que paso miedo al cerrar, está todo muy oscuro», declaró Antonia Castelló desde su tienda de bolsos Iber Pell. Y es que, tal como explicó Vari Minteguía en Ibiza Pimp, «fuera del horario comercial, la calle está muerta».

Falta de aparcamiento

La falta de aparcamiento es uno de los argumentos que más se repitieron en el capítulo de quejas entre vecinos y comerciantes. «No encuentras aparcamiento ni viniendo en moto», señalaron Lina y María en la zapatería Artesanía Ebusitana. Queja que compartió Melania García dentro de su tienda de mascotas Golfos. Otra demanda recurrente gira en torno a la limpieza de la zona, así lo apuntó Virginia Romero desde Angel’s Shop. No obstante, el vecino Juan Galván aseguró que «los ciudadanos tampoco es que colaboremos mucho».

Sin embargo, el argumento más repetido entre el vecindario y comerciantes encuestados fue que, precisamente, los residentes y los trabajadores de la calle son «lo mejor» de la zona. Así lo apuntó Romero, mientras Myriam Bermejo, trabajadora del supermercado Eroski de esta calle, destacó «la importancia de la cercanía del comercio local que hay en esta avenida».