Imagen de archivo del CEIP Can Misses.

La indignación de Cecilia, madre de un niño con necesidades especiales matriculado en el CEIP Can Misses, va en aumento y no es para menos. Este pasado miércoles, cuando recogió del comedor a su pequeño de tres años, comprobó cómo su hijo estaba «atado» a una sillita y durante horas había permanecido con el pañal empapado, sin recibir ayuda de nadie para cambiarlo. Por el momento, ha presentado una queja ante la Conselleria de Educación y ha denunciado judicialmente los hechos.

«No puede ser. Creo que han vulnerado sus derechos y es un maltrato. Es un niño con una gran dependencia y no puede hablar. Hacía muchísimo frío y me encontré a mi hijo llorando, con el pantalón mojado hasta los pies y la orina y las heces le habían traspasado toda la ropa. Me parece muy inhumano», lamentó.

El pantalón del niño, completamente orinado porque no le cambiaron el pañal.

Cecilia no daba crédito, más al recordar cómo el niño lleva en su bolsa pañales y ropa de recambio. Tras exigir una explicación por parte de los profesionales que atienden a los pequeños en el comedor, la única respuesta que recibió fue que «yo no sé nada» y que era posible que la auxiliar técnico educativa (ATE) se hubiera puesto enferma.

Esta madre consideró que, ante una situación así, podrían haberla llamado para ir a recoger a su pequeño. Tampoco le sirven las explicaciones recibidas en las que se le aseguró que una empresa externa es la responsable de la atención de los niños durante la hora del comedor.

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«Necesito saber qué pasa con mi hijo, medidas preventivas que garanticen su bienestar», exigió. Cecilia recordó que, de los cinco niños con grado de dependencia III que estudian en el CEIP Can Misses, solo tres se quedan a la hora del comedor. El pasado septiembre, nada más comenzar el curso, Cecilia ya denunció la falta de ATEs en el CEIP Can Misses, más cuando su hijo presenta un grado III de dependencia con una discapacidad del 45%.

«Fue como un jarro de agua fría saber que no le iban a poner un ATE. No puede comer solo y necesita llevar pañales. Es algo que me tiene muy preocupada», lamentó entonces.

El pequeño de Cecilia es uno de los cinco niños con grado de dependencia III -el más elevado- que cursan sus estudios en el CEIP Can Misses. En el colegio estudian también otros pequeños con distintas necesidades. El cambio de criterio en la valoración de estos niños con necesidades especiales supuso la reducción de apoyos.

Desde el centro aseguraron ayer no tener constancia de ninguna incidencia con una ATE en horario lectivo y recordaron que la atención a los niños durante la hora del comedor corre a cargo de una empresa externa. También, aprovecharon para demandar más auxiliares técnicos educativos puesto que en la actualidad tienen asignadas tres plazas y media.

Desde la Conselleria balear de Educación no ofrecieron ayer ninguna explicación al respecto sobre lo sucedido y sobre la denuncia de esta madre, preocupada por el bienestar de su pequeño en horas lectivas.