Varias barcas saliendo hacia Formentera desde el puerto de Ibiza. | Marcelo Sastre

A lo largo del 2022, el Mar Balear registró cinco olas de calor marinas entre los meses de mayo y diciembre. Es uno de los numerosos datos aportados por la Fundació Marilles en su Informe Balear 2022, con los nuevos capítulos publicados sobre cambio global, presiones (náutica, humana y turística) y respuestas.

Concretando en las temperatueras marinas, el pasado verano, las aguas de sa Dragonera llegaron a los 33,3 grados centígrados, el mayor valor térmico registrado hasta el momento en este punto. También se midió la mayor temperatura promedio superficial del Mar Balear: 29,2 grados.

Por su parte, la temperatura del aire sobre tierra mostró un incremento de 0,25 grados por década entre 1979 y 2021, casi un 40% superior a la media global. Mientras tanto, la temperatura superficial del agua aumentó a un ritmo todavía mayor: 0,36 grados por década en cuarenta años.

Para la Fundació Marilles, este aumento de la temperatura tiene graves consecuencias sobre los ecosistemas marinos y su funcionamiento, y puede repercutir en la economía y las condiciones de vida humana. También es una de las causas de la subida del nivel del mar, que se prevé que pueda aumentar entre 55 y 77 centímetros a final de siglo, y entre 87 y 129 centímetros en 2150, lo que supondrÍa un retroceso de las playas de Balears de entre 7 y 50 metros.

De hecho, la subida del nivel del mar en el Mediterráneo occidental se ha acelerado en las últimas décadas: ha aumentado 1,32 milímetros anuales en los últimos 136 años, con un incremento acumulado de 17,9 centímetros durante ese período. En las últimas cuatro décadas, el aumento ha sido de 2,91 milímetros al año, y en los últimos 28 años, de 3,08 milímetros anuales. Como se puede comprobar, la aceleración es evidente.

El informe de la Fundació Marilles destaca que «mientras el mar y el aire se calientan, la presión turística sigue aumentando. El año 2022, el Indicador de Presión Humana ha batido récords en Mallorca y Menorca. El mes de septiembre, ya se habían superado los 14,3 millones de turistas».

El estudio subraya igualmente la presión náutica en las últimas décadas. Treinta años de datos de escalas de buques en los cinco puertos principales de Balears muestran: un aumento del 56% entre 1992 y 2019, con una disminución del 42% entre 2019 y 2020, derivada de la crisis sanitaria, y una recuperación del 30% en 2021, logrando valores similares a los del 2017.

La situación de las Pitiusas

Las Pitusas tienen un volumen de navegación diez veces superior al resto de las Islas a causa del gran número de ferris y de transporte de que conectan Ibiza y Formentera. Alrededor de las Pitiusas también se ha medido el ruido submarino, que se triplica durante el verano, principalmente por los desplazamientos de la flota recreativa y una mayor cantidad de ferris.

Este informe refleja, además, la presión humana y turística que viven Ibiza y Formentera ya que por cada residente hay 2,6 turistas, cifra que desciende hasta los 2,4 turistas en Menorca y 1,6 en Mallorca por cada residente en la mayor de las Baleares.