Conciertos, sol y ‘mantellines’ en honor a la patrona de Santa Eulària. | ARGUI ESCANDON

Faltan pocos minutos para las 11:00 horas y las cerca de 30 balladores de Es Broll se afanan en colocarse las mantellines con las que completan su vestimenta tradicional en el día de Santa Eulària. «¡Qué guapísimas están todas!», comenta una de las numerosas turistas del Imserso que se han acercado al Puig de Missa para seguir de cerca los actos en honor a la patrona.

Al mismo tiempo, el obispo Vicente Ribas entra en la iglesia y es recibido con un fuerte aplauso por parte de los asistentes a la misa de fiesta. Consciente de que juega en casa, en su homilía deja caer una sorprendente sugerencia: «El día del patrón, en caso de celebrarse entre semana, se pase al domingo porque son muy importantes las fiestas del pueblo. Son momentos de encuentro».
«A veces, sobre todo en los pueblos pequeños, parecen las fiestas de la tercera edad», asegura. No es el caso de este año puesto que el templo se queda pequeño para acoger a tantas personas que quieren disfrutar de los actos más tradicionales. El obispo provoca también las risas de los asistentes al señalar que, al caer la fiesta en domingo, los vecinos de Santa Eulària «no pueden aprovechar para ir de rebajas a Vila».

Ya en un tono más serio, Ribas recuerda los motivos por los cuales fue martirizada Santa Eulària.
También expresa su solidaridad con los afectados por el terremoto de Siria y Turquía e incluso se refiere a la decisión del Tribunal Constitucional de avalar la totalidad de la ley del aborto, considerando que «una cosa puede ser que no esté penada por la ley, pero está penada por la ley de Dios».
Finalizada la misa, y siguiendo la tradición, decenas de personas participan en la procesión por las inmediaciones del Puig de Missa. Tras ello, no faltó el ball pagès con Es Broll. El buen ambiente continúa durante toda la jornada festiva, con los locales del pueblo abarrotados hasta la bandera y con muchas ganas de disfrutar del día grande de Santa Eulària.