Imagen correspondiente al III Concurso de Mieles de Ibiza.

Muchos de los campos de cultivo en zonas de Sant Josep y Sant Antoni cuentan con depósitos de aguas subterráneas para los cultivos. Unos depósitos que llenan gracias a la captación de agua y que permiten «satisfacer las necesidades de riego», según destacó el presidente de Ecofeixes. «Los agricultores actúan en sus fincas, constatando con antelación los posibles efectos climáticos sobre sus campos», explicaron desde Ecofeixes, mientras resaltaban que en Ibiza el principal problema para los agricultores siempre ha sido el efecto de la salinidad en los cultivos, puesto que suponía un fuerte freno al desarrollo de las cosechas ibicencas. En este sentido, José Antoni indicó que, «afortunadamente», los productores que tenían ese problema evitaron este ingreso de sales con diferentes métodos de tratamiento.

Sin duda, estas altas temperaturas amenazan y ponen en peligro las siembras, pero también la producción de miel. Según el presidente de la Asociación de Apicultores de Ibiza, Vicent Marí, este clima propio de junio podría reducir la producción de miel ibicenca porque la temperatura juega un papel importante tanto en la actividad de las abejas como en las funciones fisiológicas de las flores. «La falta de lluvias puede provocar no sólo que se reduzca la producción en la isla sino, además, puede generar que las abejas tengan que alimentarse de su propia miel para sobrevivir», explicó Vicent Marí con preocupación.