Irene Montero este miércoles en Ibiza. | Daniel Espinosa

Con 15 minutos de retraso y a ritmo del tema ‘Agapimú’ en una versión de lo más discotequera, la ministra de Igualdad, Irene Montero, se presentó este miércoles en Ibiza por primera vez en un acto de partido de Unidas Podemos. Montero logró congregar en el parque Reina Sofía a cerca de 200 personas.

Durante su intervención, precedida de los discursos de hasta cinco candidatos, Montero comenzó recordando a las últimas víctimas de la violencia de género y destacó la necesidad de seguir celebrando el Día contra la LGTBIfobia -fecha que se conmemora este miércoles- puesto que todavía son muchos los que sufren violencia o discriminación sólo por su condición sexual y optan por «permanecer en un armario porque creen que es un lugar más seguro». Según afirmó, en los últimos tiempos han crecido los derechos, pero también el odio.

En este sentido, Montero justificó el uso de términos como ‘elles’ o ‘compañeres’, palabras que «no son ninguna tontería», según la ministra.

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Durante su intervención, pidió también el voto para Unidas Podemos al considerar que garantiza la posibilidad de que haya gobiernos progresistas y, sobre todo, políticas públicas que aseguren derechos y transformen el modelo económico y de vida de los ciudadanos. También destacó la importancia de reforzar en Baleares los gobiernos de coalición.

Repasando su gestión en el Ejecutivo nacional en esta última legislatura, la ministra se jactó de haber aprobado un impuesto a las grandes fortunas, cargando contra el empresario Joan Roig o incluso contra la familia ‘Matute’ -según pronunció- porque «es indecente que controlen parte de la economía de esta isla». Pero sus críticas se extendieron también contra la presidenta del PP balear, Marga Prohens: «Escuchaba cómo dijo que era una tontería proponer que las camas en los hoteles fueran elevables. Es decir, que es una tontería garantizar los derechos de las mujeres que están sosteniendo la economía y la vida en esta isla y en el resto de Baleares. Me daría vergüenza presentarme a ser presidenta de Baleares».

Entre otras cosas, aseguró que en las islas aplicarán la Ley de vivienda «hasta las últimas consecuencias», evitando así en Ibiza que algunos ciudadanos deban dormir en furgonetas o balcones. Defendió también una gestión pública de las residencias para evitar casos como el de Colisée.