Dos de los agentes de la USECIC que controlaban los escenarios donde inspeccionaba la Policía Judicial. | Arguiñe Escandón

Ha sido martes y trece en el Ayuntamiento de Sant Josep. La superstición se ha cebado en toda su magnitud con el actual equipo de Gobierno de PSOE y Podemos que, a escasos cuatro días del traspaso de poderes, ha visto como todo el peso de la investigación policial se volcaba en su departamento de Urbanismo.

Desde primera hora de la mañana los funcionarios de la casa observaban atónitos cómo otros funcionarios, en este caso de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, aunque también vestían de paisano, se hacían con el Consistorio para comprobar in situ toda la documentación existente relativa a determinadas licencias. Los agentes de la Guardia Civil sabían que era una tarea ardua y complicada, por lo que decidieron desalojar el inmueble: ni funcionarios ni usuarios podían estar en su interior, tan sólo los trabajadores de la Concejalía de Urbanismo que, junto al alcalde en funciones del municipio, Ángel Luis Guerrero, debían guiar a los investigadores por entre todo el papeleo.

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Mientras tanto los trabajadores municipales iban de sorpresa en sorpresa. La mayoría de ellos porque se tomaban el resto del día libre, otros porque eran piezas clave y debían colaborar con la investigación, y los que menos porque ni siquiera pudieron acceder a su puesto de trabajo. Este ha sido el caso del responsable de prensa, que ha tenido que informarse de lo que sucedía junto a los numerosos periodistas que, desde primera hora de la mañana y hasta última hora de la tarde, han sido testigos de este nefasto martes y trece para Sant Josep.

Mientras tanto, la gente que trataba de tramitar cualquier tipo de papel en el Consistorio se encontraba con que no les dejaban acceder al inmueble. Curiosamente, cuando se les informaba de que se estaba llevando a cabo un registro policial, muy pocos se mostraban sorprendidos. ¡Es Sant Josep!, manifestaban, como si todo en este municipio fuera posible y más en un día tan señalado para los supersticiosos. Aunque quizás peor mala suerte hubiera sido que se produjera esta operación antes de los comicios del 28 de mayo…