Parking de es Gorg | Moisés Copa

El proyecto de centro de baja exigencia de es Gorg continuará un año más en el montón de temas pendientes que se eternizan en Ibiza. Las previsiones del Ayuntamiento de Eivissa eran las de licitar las obras en el primer trimestre del año y empezar las obras antes del verano. Ninguna de las dos cosas ha sucedido y el Consell d’Eivissa, la institución que pondrá el dinero para su construcción, quiere el cambio de gobierno en Can Botino para redefinir el proyecto.

En la sede insular de la avenida España no ven claro que el proyecto de centro de baja exigencia de es Gorg solo prevea alrededor de 30 plazas de pernocta, una cifra notablemente inferior a las 56 con las que cuenta el provisional que se inauguró hace un año en sa Joveria, junto al Recinto Ferial. Una queja que el Consell puso sobre la mesa en las últimas reuniones de la mesa de exclusión social de la pasada legislatura y que el Ayuntamiento solventó con una reordenación de los espacios y consiguió 24 plazas más de emergencia social en literas en un espacio polivalente. Una solución que para el Consell resulta insuficiente, y más teniendo en cuenta que el aforo del centro provisional de sa Joveria tiene más plazas y funciona a pleno rendimiento.

Reordenación sin retrasos
Ayuntamiento y Consell d’Eivissa ya han llevado a cabo reunies técnicas para abordar esta situación con el objetivo de conseguir que el centro de baja exigencia de es Gorg albergue más plazas de las actualmente previstas sin tener que modificar sustancialmente el proyecto ya redactado. Un hecho que supondría un nuevo retraso en una infraestructura que se considera esencial para la isla de Ibiza.

Ayuntamiento y Consell d’Eivissa firmaron en mayo 2019 un convenio por el cual la institución insular aportaba 5,5 millones de euros en varias plurianualidades hasta 2022 para construcción de la infraestructura, mientras que el Ayuntamiento de Eivissa se encargaba de la redacción y adjudicación del proyecto. Un convenio que ha caducado y que el Consell cree que debe volver a negociarse. Y no porque desde la institución no quieran sufragar su construcción sino porque también quieren tener poder de decisión en el proyecto.

Vila y Consell tienen toda una patata caliente en sus manos ya que si se tuviera que modificar el proyecto de forma sustancial para conseguir más plazas, supondría tener que empezar casi de cero y un nuevo retraso en una infraestructura que en 2010 se anunció que abriría sus puertas dos años después.

El centro de baja exigencia provisional de sa Joveria mantendrá su actividad hasta que entre en funcionamiento el de es Gorg. No obstante, desde el Consell no descartan que continúe ofreciendo este servicio, ya que las instalaciones seguirán perteneciendo a Bienestar Social.