La VII edición de la Fira de la Sal ha vivido este domingo su segundo y último día de celebración. Un festejo que comenzó temprano con la visita teatralizada ‘El valent vigilant de la torre’ en la Torre de la Sal Rossa. Paralelamente los arqueólogos ibicencos Ricard Marlasca y Josep Maria López Garí ofrecieron una visita guiada por el antiguo conjunto salinero de la Xanga mientras el pequeño pueblo de Sant Francesc de s'Estany acogía cuatro mesas informativas sobre patrimonio natural organizadas por la Conselleria de Medio Natural del Govern Balear.

Estos puntos informaban sobre la formación de la sal, los salineros, usos y su comercialización. «La sal fue la principal industria de la isla hasta la llegada del turismo. Su producción gozó de gran prestigio desde la antigüedad», explicó un vecino de Sant Josep a Periódico de Ibiza y Formentera. Por su parte, el experto en oficios tradicionales Vicent Marí Palermet lideró la cosecha tradicional de sal mientras el historiador Antoni Ferrer Abárzuza explicaba cómo se realizaba la cosecha en el pantanal de cristalización número 11 de ses Salines. El objetivo era transmitir cómo esta actividad, que era un procedimiento sostenible para la gestión del humedal, fomentaba así la conservación de la naturaleza y salvaguardaba el patrimonio natural. «Su cosecha se realizaba a mano y requería de unas condiciones meteorológicas especiales para su producción», apuntaron.

Tras estas explicaciones se celebró en ses Salines una actuación tradicional de ball pagès a cargo del Grup Folklòric Sant Jordi de ses Salines en el antiguo monte de sal de la salinera y, minutos más tarde, se llevó a cabo el encendido del fogueró en este mismo lugar para recordar la señal que daba inicio a la cosecha. El fogueró, que se hacía antiguamente para avisar a los salineros de las necesidades del trabajo, se realizaba en cuatro puntos diferentes en ses Salines. Entre ellos el monte des Pantano.