Denuncian a la arrendataria de un chalet patera ubicado en Can Tomàs.

Inquilinos de un chalet patera ubicado en Can Tomàs, en la calle des Moscard, han vivido este jueves una auténtica pesadilla y reconocieron incluso sentir miedo después de que la arrendataria de la vivienda les amenazara con una pistola, simplemente porque le exigieron la devolución de la fianza. Durante la tarde de este jueves, y mientras esperaban la llegada de efectivos policiales, los inquilinos han optado por sacar todas las pertenencias de la casa. Dos de las fianzas sumaban unos 1.000 euros en total.

«Les ha puesto excusas para no pagar la fianza. Mi familiar intentó coger el dinero y ella se puso brava con él. Como hay cámaras por la vivienda, trató de que la agrediera, aunque no lo consiguió», ha relatado este jueves un ciudadano a Periódico de Ibiza y Formentera .

Según aseguró también, la mujer llegó a sacar un arma para atemorizar a los inquilinos, por lo que, sin dudarlo, denunciaron el caso ante la Guardia Civil. A los pocos días, la mujer presentó una contradenuncia y, para no devolver el dinero, afirmó que los inquilinos le habían roto el cuarto de baño.
Según han relatado este jueves familiares de los afectados, uno de los inquilinos residió en el chalet patera durante dos años y medio y, otros dos, durante estos últimos seis meses de temporada. Para ello, abonaban un alquiler de 750 euros al mes, 700 euros como renta mensual y 50 para el mantenimiento de la jardinería.

«En verano podían residir allí unas 25 personas, todas en habitaciones separadas con pladur. Convirtió almacenes en habitaciones, con tres cocinas y cuatro baños para todos», relataron.

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«Los tiene atemorizados porque les controlaba cuándo entraban o salían», insistieron.

En la denuncia interpuesta por uno de los inquilinos, éste relató que las amenazas tuvieron lugar entre los pasados 12 y 13 de noviembre, cuando la mujer le apuntó con un arma corta, sin reconocer si era real o simulada. Meses antes, el hombre le había manifestado su intención de abandonar la casa, por lo que le exigía el pago de la fianza, tal como se había acordado.

Es más, cuando el denunciante reclamó el dinero, la mujer, con violencia y usando un palo -según la denuncia- rompió varios enseres de la casa, llegando a golpearle en el pecho. También le gritó que «se iba a enterar», momento en que le apuntó con el arma corta.

Previamente, la arrendataria y el inquilino llegaron a firmar un contrato en el que se destaca que, al finalizar el arrendamiento, se restituirá el importe de la fianza en las condiciones habituales de cualquier contrato de alquiler.