El Grupo de Rescate Vertical del Servicio de Bomberos de Ibiza ha identificado seis zonas de especial riesgo para los excursionistas de la isla de Ibiza que se sitúan en los municipios de Santa Eulària des Riu, Sant Josep de sa Talaia, Sant Antoni de Portmany y Sant Joan de Labrtija. | Irene Arango

Las cifras proporcionadas este martes por el caporal del Grupo de Rescate Vertical de los Bomberos de Ibiza, Bernat Escrivà, y el Brigada Juan Carlos Sunye del GREIM de la Guardia Civil, sobre los rescates que tiene que realizar este cuerpo estremecen. En tan solo cinco años, por ejemplo, nueve personas han perdido la vida en accidentes en el mirador de es Vedrà. El último rescate con resultado fatal tuvo lugar hace escasos días en el Ullal de na Coloms, en Sant Antoni. La situación preocupa tanto a los Bomberos como a las instituciones. Y es que, según ha explicado Escrivà, cada vez son más las personas que visitan lugares de riesgo en Ibiza «sin tener en cuenta las dificultades y peligros que en muchas ocasiones comportan».

Este grupo de expertos en rescates ha realizado un informe de la situación que ha sido remitido a todos los ayuntamientos y al Consell d’Eivissa. En el mismo, se identifican los puntos más peligrosos de la isla: cala Blanca (Santa Eulària), Ullal de na Coloms (Sant Antoni), ses Balandres (Sant Antoni), sa Penya Esbarrada (Sant Antoni), el mirador de es Vedrà (Sant Josep) y sa Pedrera de Cala d’Hort-Atlantis (Sant Josep). En todos ellos se ha ido incrementando el número de accidentes y rescates a medida que se han ido haciendo conocidos a través de redes sociales como Instagram por «la promoción turística que muchos particulares y empresas» realizan de ellos.

En cala Blanca «muchos excursionistas se pierden por el sendero que conecta cala Llonga desde Siesta por desconocimiento del recorrido y falta de destreza de movilidad en el medio natural». En los últimos cinco años, el Grupo de Rescate Vertical de los Bomberos ha tenido que realizar en este lugar 18 rescates. En el Ullal de na Coloms, los accidentes se producen básicamente «por saltos al agua con malas caídas, imposibilidad de poder trepar por la cuerda instalada para salir del pozo, pérdida por desorientación en el retorno de la ruta, torceduras de pie por calzado no adecuado y cansancio física por exigencia del recorrido», se señala en el informe. En este punto, se han realizado en los últimos cinco años nada menos que 30 rescates. Se trata de un paraje «especialmente conflictivo por la alta publicidad que se hace en las redes sociales».

El paraje conocido como Portes del Cel es «un punto de encuentro y de inicio de muchas rutas de senderismo de la zona, que tiene un restaurante muy cerca del acantilado que, en ocasiones, acoge eventos con un gran número de asistentes». En este lugar, los Bomberos esperan que en breve se incrementen las intervenciones dado que cada vez es más visitado.

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Más grave es la situación en el mirador de es Vedrà, que los Bomberos definen en su informe como un espacio en el que «se han registrado caídas a gran altura de las personas que disfrutan de la puesta de sol por descuidos, consumo de alcohol, estupefacientes o posibles suicidios». Además, en este lugar se producen «bloqueos en la senda que hay a la izquierda del acantilado que hacen que persona no sea capaz de seguir subiendo o bajando». En los últimos años, se han realizado en esta zona 20 rescates con un total de nueve víctimas mortales. «Es una zona de la que se hace mucha publicidad en redes sociales», indican los expertos.

En sa Pedrera-Atlantis, finalmente, el problema es que s registran accidentes por «caídas de cierta altura, malas caídas de saltos al mar desde lo alto de las rocas, torceduras o fracturas de tobillo por calzado inadecuado y desfallecimientos de subida por deshidratación o bajo nivel físico». En el mismo periodo de tiempo, el Grupo Vertical de Rescate ha tenido que realizar aquí 30 intervenciones.

Ante esta situación, desde los Bomberos se han remitido a los ayuntamientos en los que están ubicados estos puntos diferentes recomendaciones con el fin de disminuir el riesgo. La mayoría de ellas tienen que ver con una mejora de la señalización existente o la instalación de nueva cartelería que advierta sobre los peligros. En el Ullal de na Coloms, además, Sant Antoni ya ha anunciado que se prohibirán los saltos al agua. Los Bomberos también piden la «renovación de los elementos de seguridad» que existen en algunas de estas ubicaciones porque «están en mal estado» y la colocación de otros «en los acantilados que presentan una especial siniestralidad». Es el caso del mirador de es Vedrà, donde, según ha explicado Bernat Escrivà, se baraja la posibilidad de balizar la zona con cuerdas y postes instalados a dos metros del acantilado. «No es una medida infalible», ha admitido el conseller, «pero no se puede poner allí un guarda de seguridad ni una concertina».

El caporal del Grupo Vertical de Rescate, no obstante, ha dejado claro que es necesario confiar en el «sentido común del ciudadano» porque, ha dicho, «es inviable poner en cada acantilado cartelería». Por ello, ha apelado a este sentido común para que los excursionistas «no pongan sus vidas en riesgo».