Guadalupe Nauda, este jueves, durante el Pleno del Ayuntamiento de Vila. | Irene Arango

En el cada vez más sorprendente mundo de la política española, casi nada llama ya la atención de los ciudadanos. Pero aún hay situaciones ante las cuales resulta difícil no llevarse las manos a la cabeza. Y eso es lo que ha sucedido este jueves en el Pleno de Vila cuando la única concejala de Unidas Podemos en la Corporación municipal, Guadalupe Nauda, ha defendido su apoyo a una moción del PSOE contraria a incrementar la presencia del español en las aulas de Baleares y en favor de la inmersión lingüística en catalán. Un discurso que ha realizado íntegramente en castellano.

Nauda ha asegurado que si la Conselleria autonómica de Educación, dirigida por Antoni Vera, aplica lo acordado con Vox para que las familias puedan elegir libremente la lengua vehicular en la educación de sus hijos, «se romperá la cohesión social». Ha añadido que «el catalán ha de ser protegido porque es la lengua propia de Baleares» y que el incremento de las horas de castellano en la educación pública tendrá como consecuencia la ruptura de la «paz social dentro y fuera de los centros educativos». El paisaje que vislumbra Nauda si las familias pueden elegir libremente la primera lengua en la educación es, cuando menos, sorprendente pues la edil de Podemos ha llegado a asegurar que, si esto sucede, los «discriminados» serán los niños cuyos padres prefieran la educación en catalán, omitiendo que esa es la situación que atraviesan ahora aquellas familias que preferirían que la primera lengua fuera el castellano. «La lengua», ha afirmado, «no puede ser fuente de conflicto social». Y todo esto lo ha dicho en un perfecto castellano.

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El debate de la moción no ha estado exento de momentos llamativos. Así, la concejal socialista encargada de su defensa, Carmen Boned, no ha dudado en amenazar al PP con sacar a la gente a la calle, como sucedió en 2011, si osa intervenir contra la imposición de catalán en las aulas. «La postura del PP», ha añadido la socialista, «no hay por dónde cogerla». Y es que no ha aceptado que la concejala de Educación, Catiana Fuster, le haya informado de que no votaría a favor de su moción porque el Ayuntamiento de Ibiza ha tomado la decisión de no pronunciarse sobre el plan lingüístico del Govern hasta que este no sea una realidad.

El momento más intenso del debate lo ha protagonizado el portavoz de Vox, Héctor Delgado, quien no ha dudado en equiparar la imposición del catalán en la educación con lo que sucede en las escuelas del Afganistán de los talibanes. Sobre esta cuestión, Delgado ha señalado que allí los niños salen de los colegios para «estudiar en las mezquitas o luchar contra Occidente» por el «adoctrinamiento» al que se ven sometidos. Un adoctrinamiento que, en su opinión, sucede de forma similar en los colegios de las Islas a través de la inmersión lingüística en catalán. Delgado, además, ha puesto el dedo en la llaga al recordar que en Baleares deberían hablarse «mallorquín, ibicenco y menorquín» puesto que «el catalán no es de esta tierra».