Responsable del área de Embellecimiento del Ayuntamiento de Ibiza, Jordi Grivé (Barcelona, 1978) es, además, el nuevo secretario ejecutivo de Movilización y Electoral del PP en la isla. Mientras gestiona departamentos tan importantes para la capital ibicenca como el de Limpieza Viaria o el de Medio Ambiente, no pierde de vista cómo la situación a nivel nacional se va tensando por momentos por lo que Alberto Núñez Feijóo ha llamado la «extorsión» de Junts al Gobierno de Pedro Sánchez. A la vez, Grivé tiene en sus manos el control de las contratas más importantes del Consistorio, la de limpieza y la del agua. Y busca soluciones para problemas ya endémicos como el de los fondeos de Talamanca o el del fomento del ahorro en el consumo de agua.

— Fue nombrado en octubre secretario ejecutivo de Movilización y Electoral en el PP. ¿A cuántas manifestaciones de las que está convocando el PP a nivel nacional ha asistido?
— De momento, a ninguna. Mi papel en el partido es movilizar a los afiliados y a los ciudadanos para que nos apoyen. La primera gran manifestación fue en noviembre en Madrid y en las capitales. Ahora se ha convocado otra para el día 28 de enero también en Madrid.

— Núñez Feijóo ha convocado otra manifestación contra la extorsión a la que está sometiendo Carles Puigdemont al Estado. ¿Cree usted que Pedro Sánchez podrá acabar la legislatura?
— Mientras tenga cosas que vender, aguantará. De hecho, yo creo que intentará vender cosas que no se pueden vender y que Europa le parará los pies. Ahí es cuando tendrá el problema. Cuando no tenga cosas que dar para mantenerse en su silla, vendrá el problema. Pero hará eso, intentará vender cosas que no puede vender. Es muy triste y frustrante.

— Los afiliados al PP en Ibiza, ¿son conscientes de la situación que se está viviendo a nivel nacional? Lo digo porque tengo la impresión de que la isla, como otros sitios pequeños, suele vivir un poco al margen de la política nacional.
— La gente, obviamente, es consciente pero quizá no hacemos tanto ruido como otros partidos o como puedes hacer si estás en el epicentro del problema. Estamos en una isla y es verdad que la gente está descontenta, pero no hacemos tanto ruido. Esto es lo que tenemos que intentar cambiar y salir a la calle. Somos un pequeño granito dentro de todo el territorio nacional pero cuantos más sumemos, mejor. Vamos a ver el 28 de enero quién puede ir a Madrid. Los que no, quizá nos manifestemos en Ibiza. En noviembre no se pudo porque solo se hizo en las grandes ciudades. Ahora, de cara al día 28, estamos hablando de hacer algo aquí porque tenemos ganas de manifestarnos.

— Ibiza necesita del Estado y hay pendientes cosas importantes como el convenio de carreteras. Pero, en la situación actual, da la impresión de que va a ser prácticamente imposible conseguir algo.
— Da la impresión de que somos ciudadanos de segunda. No solo en Baleares, sino cualquier zona que no sea Cataluña. Ellos tienen una capacidad de sacar cosas impresionante.

— Feijóo lo llama extorsión.
— Y tiene toda la razón. Es una extorsión total para conseguir lo que quieren. Es curioso porque al final se aprovechan de un Estado que quieren destruir. Por lo tanto, esto es como el adicto a una droga, que se la va tomando a pesar de que sabe que le destruye.

— En el caso de convocar para el día 28, ¿con qué mensaje piensa el PP sacar a la gente a la calle?
— Aún no está confirmado que lo hagamos. Es la idea que tenemos. Y lo que la gente ha de saber es que cualquier concentración ayuda. Todo suma y, si se ve movimiento en sitios donde normalmente no lo hay, es importante. Lograremos que se nos escuche.

— Acaba de anunciar el cierre de los accesos a ses Feixes de Talamanca para quienes no residen en la zona. ¿Por qué ha tomado esta decisión?
— Nosotros cuando llegamos al Gobierno municipal nos reunimos con todas las asociaciones. Una de ellas fue la de ses Feixes. Nos mostraron sus preocupaciones. Aquello se ha transformado en un vertedero. Los coches pasan a toda velocidad. Hay ruinas ocupadas. Esto es nuestro patrimonio y estaba muy abandonado. Una de las peticiones que nos hicieron los vecinos fue la de restringir el tráfico rodado. Esta zona tiene dos entradas y una salida. Hay un convenio firmado entre el Consell, Santa Eulària e Ibiza para hacer una serie de actuaciones como el camino o la limpieza de los canales. Pero hay otras actuaciones como estas, cerrar el tráfico, poner papeleras con puntos de luz, estudiar el soterramiento de líneas aéreas, acondicionar el entorno del mirador de aves… Los canales tienen unas compuertas y hemos devuelto su control a los vecinos porque lo que había no estaba funcionando como toca. Han tenido inundaciones por subidas del mar que han sido históricas. Y ahora van a ser ellos los que puedan controlarlo. Hemos adecuado estas compuertas y de momento es la mejor solución. Nos gustaría también restaurar los portales, que están muy deteriorados. Se trata de ir poco a poco y lograr que esto tenga la imagen que merece.

— No se ha hecho nada en décadas salvo anuncios.
— Hay que hacer las cosas. Los titulares están muy bien pero luego hay que hacer. Lo que estamos hablando ahora no es cuestión de uno o dos días. Llevamos meses trabajando. El cierre con las vallas es inminente. Los vecinos tendrán sus mandos.

— ¿Qué pasará con ses Feixes des Pratet? Una cosa es que no se pueda construir y otra que estén en el estado de degradación en el que se encuentran.
— Eso ya es bastante más complicado. En Talamanca es relativamente sencillo. Aquí es mucho más complicado. Hay varias opciones. Tenemos la posibilidad de que se lo quede el Ayuntamiento. También la de hacer un parque bonito que sea el pulmón de la ciudad. Pero, mientras tanto, en las feixes que están en mal estado tendrían que hacerse cargo los propietarios y no lo hacen. Y el Ayuntamiento no está actuando. Hemos de llegar a un consenso y buscar una solución. Si no nos sentamos y decidimos el camino, no conseguiremos nada. Y en ello estamos. Hemos de recuperar esa zona y, aunque sea más complicado que Talamanca, podría y debería ser una zona de paseo.

— Para eso dijeron que se protegía.
— Aquí, como le digo, es más complicado que en Talamanca, por la ubicación, por su orografía… pero yo creo que se puede conseguir. Vamos a ver si avanzamos en ese camino. De momento, no hay nada concreto. Lo vamos a analizar y vamos a tomar el camino y haciendo los pasos.

— ¿En qué situación está la adjudicación de la contrata del agua? ¿Se mantienen los pliegos de condiciones que aprobó el anterior equipo de Gobierno?
— En los últimos ocho años ha habido inmovilismo total y eso ha implicado que no haya inversiones porque la contrata está en prórroga. El pliego estaba prácticamente acabado cuando llegamos y decidimos no tocar nada para no frenar más esta falta de inversiones. Podría haber sido un pliego un pelín más ambicioso pero no está mal. Lo que no es de recibo es que llevamos más de ocho años sin publicarlo porque eso ha provocado que las inversiones en materia de agua en la ciudad estén paradas. Ahora tenemos previsto que el pliego sea aprobado definitivamente en el pleno de febrero o en el de marzo.

— ¿Se podrá adjudicar este año?
— Esperemos que sí. Es un pliego muy potente porque es la contrata más fuerte que tiene el Ayuntamiento. Se tarda meses en analizar las ofertas que se presentan. Pero mi esperanza y mi objetivo es que esté adjudicado antes de acabar este año y que para principios de 2025 puedan empezar las obras.

— Al margen de esta adjudicación, ¿está el Ayuntamiento invirtiendo en mejoras de la red en estos momentos?
— Las mejoras son continuas pero son actuaciones muy pequeñas. Vas haciendo lo que es urgente, importante. Pero este pliego implica obras muy grandes como la sustitución de prácticamente todo el saneamiento de ses Figueretes, que está en muy mal estado. Obviamente, se van haciendo cosas y el Ayuntamiento invierte. Pero son reparaciones y eso es un peligro porque con los parches puedes llegar a degradar más la red.

— ¿Es Vila una ciudad que pierde agua?
— Todas las ciudades pierden agua. El rendimiento de la ciudad no es malo. Si comparas con ciudades similares, Ibiza es una ciudad relativamente sencilla en el tema de agua. Pero hay margen de mejora. Y una de las cosas que deberíamos empezar a mirar muy seriamente, aquí y en el resto de ciudades, es la reutilización del agua depurada. El problema es que tal y como está aquí la depuración no podemos reutilizarla.

— ¿Se sabe algo de la nueva depuradora?
— En junio deben empezar las pruebas y son seis meses de puesta en funcionamiento. A mí me parece un plazo muy optimista tal y como están las obras. El problema es que esta depuradora se proyectó hace un montón de años. Se pondrá en marcha y ya irá justa. Es una depuradora que, además, no tiene instalación para el aprovechamiento de los fangos. Las depuradoras modernas queman sus fangos y producen electricidad. Esto les permite ser casi autosuficientes. Esta depuradora no tiene este sistema. Se decidió que fuera así en su día. Tendrá el tratamiento habitual, que consiste en secar los fangos y llevarlos al vertedero de Ca na Putxa. Y eso es otro problema. Todas estas cosas hay que ir mejorándolas.

— ¿Qué papel tiene el Ayuntamiento en la gestión de esta depuradora?
— La gestión será del Govern pero la depuración es responsabilidad municipal. Los municipios hacen un convenio con el Govern, con Abaqua, y es esta entidad la que gestiona la depuradora. Pero estamos mirando la manera de que estas concesiones sean más largas porque ahora son de cuatro años. Si son más largas es mejor porque se hacen más inversiones y se cuidan mejor las infraestructuras. Estamos negociando esto con el Govern y con Abaqua. Es la primera depuradora nueva que tenemos en muchos años y queremos tratarla bien, ampliarla bien y hacer cosas que sean beneficiosas. No dejemos que se degrade.

— ¿La puesta en marcha de esta depuradora acabará con el infierno fecal de los vecinos de sa Llavanera?
— Eso sí, no cabe duda. La depuradora actual está herida de muerte. No depura lo que debe, rebosa en cuanto se corta la energía… ojalá la nueva esté en marcha en junio y podamos evitar esta situación. Nosotros estamos muy encima de Abaqua y tenemos comunicación diaria. Al mínimo problema ellos nos avisan y podemos adelantar, cosa que antes no pasaba. Es verdad que los vertidos llegan, pero intentas paliarlo en la medida de lo posible.

— El desarrollo del PGOU está muy condicionado por el ahorro de agua en el municipio. ¿Cómo piensa conseguirlo?
— Vamos a activar un sistema para ahorrar en el baldeo de las calles y en el riego de las zonas verdes. Además, estamos preparando una ordenanza que irá a la par de la nueva contrata. Estamos estudiando el reaprovechamiento de aguas grises. Son las aguas procedentes de la ducha o el lavamanos. El Ayuntamiento de Barcelona, por ejemplo, ya lo está preparando para edificios con más de ocho viviendas y en Sant Cugat ya se está haciendo. Se trata de usar estas aguas grises para la cisterna del váter. Implica crear una estructura paralela dentro del edificio y estamos valorando cómo hacerlo. Será la medida más fuerte en la ordenanza de ahorro. Esta ordenanza obligará al ahorro porque no podemos despilfarrar. Es verdad que en Ibiza no tenemos grandes problemas con casas que despilfarran como un pueblo porque tienen que regar jardines. Pero sí que es verdad que hay que controlar el consumo. Y, si hace falta, limitaremos los caudales, de tal manera que, si te pasas, baje el caudal de agua que recibes. Estamos trabajando en esto ahora mismo y, una vez que esté la nueva depuradora en marcha, estamos viendo proyectos para la reutilización del agua depurada. Suponiendo que se pueda utilizar.

— ¿Para qué se puede utilizar?
— Para baldeos y riegos. Si la calidad es buena, se podrá utilizar para esto. Esta depuradora tendrá sistema terciario, que significa un paso más tras la depuración inicial. Desinfecta el agua y la deja mejor. Nosotros somos optimistas y nos estamos preparando para ello. En el ciclo integral del agua, la reutilización es fundamental.

— La borrasca Patricia dejó las playas de Vila en un estado lamentable. La más afectada fue la de Talamanca, cuya pasarela prácticamente despareció. ¿Se han podido reparar ya todos los daños?
— Fue un temporal muy fuerte, ya lo vimos todos. En las primeras 48 horas se hizo muchísimo trabajo para recuperar la zona. Pero quedaron algunos flecos que no se han acabado hasta hace poco. A día de hoy está todo solucionado. Se tardó más porque faltaban soportes de la pasarela y han tardado en llegar.

— De cara a la próxima temporada, ¿qué intervenciones hay previstas en las playas? ¿Habrá cambios con respecto a la anterior legislatura?
— Tenemos problemas con Costas por el tema de las pasarelas. Hay cosas que mejorar como el tema de las casetas de los socorristas. Tenemos también un proyecto de playas inclusivas, que sean accesibles para gente que tiene problemas. Con el temporal de 2023 quedó claro que era muy difícil retirar toda la posidonia porque no había medios. Hay que intentar tener un refuerzo por si vuelve a suceder. Tenemos una cribadora y no se puede ir más rápido. No tendremos dos pero estamos buscando alternativas.

— La contrata de limpieza acaba en 2026. ¿Están trabajando ya en el pliego de condiciones para la próxima?
— Sí, mucho. Ya tenemos un estudio muy duro sobre el sistema de recogida. Hay que diferenciar entre este sistema y la limpieza. Además, nos tenemos que adaptar a la normativa europea. Hemos contratado a una empresa especializada para hacer este estudio durante seis meses. Y ya tenemos listo el estudio que nos dirá cómo será.

— ¿Puede avanzar algo?
— La nueva normativa europea te obliga a identificar la vivienda que echa el residuo. Estás obligado a hacerlo. Hay diferentes sistemas de identificación y estamos en ello. Hemos de ir poco a poco.

— ¿Qué va a pasar con el tanque de tormentas de Platja d’en Bossa?
— El proyecto nos lo entregaron a finales de diciembre y tenemos casi clara la subvención. Se pagará con el impuesto de estancias turísticas. Y lo sacaremos a licitación en breve. Es una obra muy interesante que también ayudará a Sant Josep con el tema de las inundaciones. Estos tanques retienen la primera tanda de agua, que es la que está contaminada, y la desvían a depuración. Es contención para que no haya inundación y evitar contaminación. Si todo va bien, la construcción se iniciará este año. El coste es de unos 900.000 euros y lo paga Vila porque estará en nuestro término municipal. Es cosa nuestra.

— Uno de los problemas graves de la costa de Vila es el de los fondeos ilegales en Talamanca. ¿Qué puede hacer el Ayuntamiento?
— Aquí se hizo un proyecto de regulación de boyas. Estuvo años en tramitación y Territorio lo denegó. Es incomprensible. Cuando yo miro el expediente, no lo entiendo. Ahora lo estamos tratando con la Dirección General de Costas. Y, además, entra también Puertos de Baleares porque hay un campo de posidonia que proteger. Hay que regular estos fondeos porque no puede ser que en agosto tengamos ahí 170 embarcaciones. Mientras negociamos esto, lo que vamos a hacer es alejar todo el balizamiento de la costa el máximo posible. Esto se va a hacer ya esta temporada. Y así vamos a evitar muchos de los fondeos.

— El estado de la playa en verano es horrible.
— ¡Es que hemos llegado a contar 170 embarcaciones! Muchas veces, bajan a tierra y tiran ahí su basura. Más el vaciado de las sentinas. Nadie controla esto. Conseguir el campo de boyas va a llevar tiempo. Hemos intentado reactivar el proyecto que ya había y nos han dicho que no. Pero le vamos a poner solución. No puede ser que sigan las cosas así.

El dato

«Se limpiarán las aceras por barrios y se hará en toda la ciudad»

— ¿Llegarán con el buen tiempo las ratas y las cucarachas como siempre?
— (Risas) Esperemos que no. Este jueves hemos marcado las directrices de cada una de las contratas, entre ellas las de desratización y control de plagas. El verano de 2023 fue un poco extraño porque hubo descontrol en el tema de las plagas. En agosto apretamos y se redujo el problema.

— ¿Le consta que también hay un montón de chinches asiáticas?
— Si vive cerca de ses Feixes es normal. Pero vamos a tenerlo también en cuenta. La verdad es que, si arreglamos ses Feixes, se podrá controlar.

— Para acabar, después de seis meses en el cargo, ¿sigue pensando que es posible conseguir que Vila sea la ciudad más limpia del Mediterráneo antes de 2030?
— ¡Por supuesto! Si me dice antes de final de 2024, le diré que no. Pero después de todas las pruebas que hicimos, ya hemos tomado las decisiones. Si todo