Claves para tratar una sumisión química y una agresión en Ibiza. | Maga López Arriazu

Finalizan las jornadas prácticas de la formación de Intoxicaciones por drogas (INTDRG) del Foro de Formación en Emergencias y Problemáticas Sociales celebrado en el Palacio de Congresos de Ibiza. La empresa Emergency Staff realizó tres prácticas y técnicas con ayuda de actores y actrices en diferentes escenarios, relacionados con la temática principal.

Durante tres días, los profesionales de la salud (medicina, enfermería y técnicos) han adquirido las bases teóricas para la intervención en una persona intoxicada por drogas. No solamente desde un punto de vista sanitario sino multidisciplinar, es decir, con perspectiva social o incluso legal. Durante la jornada de este jueves han realizado cuatro talleres prácticos: asistencia sanitaria de emergencias, prevención y reducción del daño del riesgo (más social), sumisión química y abordaje, manejo de una agresión hacia el personal sanitario.

«La piedra angular de la formación que estamos llevando a cabo parte del conocimiento de sustancias, el conocimiento de la intervención en la perspectiva que sea ya que van a estar en espacios donde puede haber gente que consuma drogas y por lo tanto deben saber hacer un abordaje a esa persona que requiere asistencia sanitaria», explicó Andrés García, docente y enfermero.

El taller ‘Abusos sexuales y sumisión química en entornos de ocio’ fue impartido por la especialista Gema Enero, quien afirmó que está a la orden del día la sumisión química, es decir, que un individuo provoque que otro ingiera sustancias sin saberlo. Enero insistió en que hay que atender a los datos, pero que no reflejan la extensa realidad por falta de formación, a veces, sobre cómo tratar la situación: «Es más habitual de lo que nos pensamos; los datos son abrumadores y cada fin de semana os asustarían los datos que hay, lo que ocurre es que la gente no denuncia. Primero porque cuando llegan al hospital o a la policía a denunciar, a veces inconscientemente se les hace sentir mal; no hay un entorno en el que las personas agresivas se puedan sentir seguras, con lo cual la intención inicial es denunciar pero enseguida se arrepienten».

«El 30% de los afectados son hombres; es un mito porque parece que solo nos ocurre a las mujeres y no es cierto. Esta práctica no solo termina en robos o violaciones, un tanto por ciento pequeño termina en fallecimientos porque no se sabe la droga que les echan, no saben las patologías o la masa corporal».

Las mujeres son el 70 % de las víctimas y se emplea en el 33 % de los abusos o agresiones sexuales: «Una de cada tres agresiones es por sumisión química, que son datos muy graves».

La profesora hace hincapié en que la sumisión química «ha existido siempre», pero cambian los motivos: «Hace unos años se utilizaba para abusar sexualmente de las personas y robar. Ahora tenemos una tendencia con la gente más joven y las redes sociales, que son los retos. Hay veces que ya no hay abuso sexual, simplemente fallecimiento. Se está haciendo un poco para ver qué pasa y el resultado está siendo la muerte».

El objetivo es concienciar

«Los chavales no saben que es un delito, piensan que es una bobería y cada vez los jóvenes saben ligar menos porque están más atentos a la tecnología y lo toman como una vía fácil de conseguir a la persona que no te hace caso», afirmó y explicó que los jóvenes utilizan Diazepam o Lexatin, medicinas que tienen en sus hogares.

También a los sanitarios. «Si ellos no saben cómo actuar, primero pueden incurrir en pequeñas frases que también anulen a esa persona que está en shock y no denuncie y segundo, porque tienen que activar el protocolo con las autoridades», según destacó. Además, aunque se tienda a pensar que hay que recurrir a la policía en primera instancia, la profesora explica que «estamos equivocados». Pues son los sanitarios quienes deben recoger las pruebas como vasos, saber cómo se ha producido y hablar con el personal del entorno.

«En este taller no va tanto en la parte de las sustancias o la persona sino lo que conlleva esos riesgos, como drogas y conducción, relaciones familiares, sexualidad o incluso aprender a orientar para la prevención», afirmó el profesor de este taller, Iván Castro, educador social. Aquí aprendieron lo que ver con la sustancia en sí, pero también con la propia conducta. El objetivo es que el sanitario tome conciencia y que este lo traslade al paciente: «Cuando hablamos con personas que no solo se valore el daño de la sustancia sino también el riesgo que está asociado a la conducta y generar conciencia». Estas situaciones les ayuda a «abrir un poco la mira».

Va dirigido a aquellos consumidores «funcionales». Esto es alguien que mantiene sus estructuras de vida más o menos organizadas, tiene su trabajo y su familia pero igualmente tiene pautas de consumo aunque no esté en ningún tratamiento, esto puede ser beber alcohol a diario o consumir cocaína en el trabajo.

Asistencia sanitaria de emergencias

Elena Klusova, médica en la isla de Ibiza, impartió este taller. «Hoy ponemos casos clínicos reales e intervienen como si fueran equipos reales que trabajan en la calle, nosotros en las clases ya explicamos toda la teoría». En la isla, la intoxicación recreativa supone un problema para el cordón sanitario: «Detrás de la intoxicación por droga puede haber un problema de salud y esto hay que tenerlo en cuenta porque un paciente que ha bebido mucho o tomado cocaína también puede ser cardiópata, puede tener infarto de miocardio, puede tener una hipoglucemia, problemas

respiratorios…».
En esta clase, el objetivo principal es «saber priorizar qué puntos importantes no nos pueden faltar en la exploración de un paciente intoxicado para emitir algún tipo de sospecha diagnóstica y a raíz de esta tomar decisiones para dar un diagnóstico adecuado».

Asimismo es importante saber qué comunicación se debe tener con el paciente o familiares para hacer una anamnesis sobre lo consumido «para ir dos pasos por delante de la lesión previendo el empeoramiento del paciente para que cuando llegue el momento de una dosis máxima con una afectación del sistema nervioso central y cardiovascular; estar preparados para dar la respuesta de inmediato».

Hasta hoy viernes se celebrará en el Palacio de Congresos la formación de ‘Control de Personas Agitadas agresivas en zonas Hostiles’ (CPAH), que es mixta, entre policías y sanitarios. Y este 22 y 23 de abril se impartirá el último bloque, Intervención Multidisciplinar en Accidentes (IMACC).