Los veterinarios recomiendan tener mucha precaución con lo que comen los animales por la calle. | Arguiñe Escandón

Hace unos días, la veterinaria de la clínica San Jorge, Gemma Sotos, atendió a Thai y le extrajo hasta 11 agujas que se había tragado mientras el animal daba un paseo por Siesta. «Esto es algo muy extraño», reconoció la experta.

Al principio, no descartó que este pitbull se hubiera puesto a jugar con algún costurero ingiriendo por error esos objetos punzantes. Después, descubrió que el daño había sido <intencionado», lo que difícilmente puede llegar a entenderse. Tres horas de intervención y varios días de ingreso fueron necesarios para sanar a Thai.

Se cree que el perro comió las agujas el pasado jueves, «aunque el dueño no lo vio y sólo sabía que estaba mal».

«Ponen las agujas en salchichas y en otros cebos. Ya lo hemos visto otras veces. El mismo propietario de Thai tiene otro perro pequeño que también se tragó unas agujas. Es alguien con mala idea que quiere hacer daño a los animales», advirtió.

Según relató la veterinaria, Thai llevaba unos días con dolor y vómitos y llegó a escupir una aguja. «El dueño se asustó mucho; los veterinarios le hicieron una radiografía y nos los remitieron de urgencia porque tenía 11 agujas, una de ellas en el intestino», relató.

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Peritonitis

Una de estas agujas le estaba provocando una perforación y un grave riesgo de peritonitis, una infección muy grave en el abdomen que podía haberle causado la muerte.

Desde la clínica insistieron en que casos similares se habían registrado anteriormente en zonas de Santa Eulària. «He contactado con compañeros de estos lugares para que estén alerta por si llega algún perro con síntomas de gastroenteritis ya que puede ser esto», comentó.

Sotos destacó que Thai es un perro «fuerte y simpático» que, a pesar de sentir el dolor que le causaban las agujas, tuvo un buen comportamiento mientras estuvo en la clínica. También aseguró que se está recuperando satisfactoriamente. «Es un paciente estrella porque se ha recuperado muy rápido. Al día siguiente de abrirle el estómago, se comportó como si nada», afirmó.

Desde la clínica aprovecharon para recordar a los propietarios que en algunos casos se ha intentado eliminar a las mascotas con veneno para caracoles o ratas, lo que provoca a los animales convulsiones y babas. Una vez más, los veterinarios recomendaron mucha precaución.

El colectivo de alimentadores de colonias felinas en Santa Eulària expresó ayer su preocupación por el terrible suceso. Ante ello, recomendó mucha atención a los titulares de perros y a los propios alimentadores. En caso de observar algo sospechoso, aconsejó no tocarlo y avisar a la Policía Local para que investigue y pueda atrapar al responsable.