Consell: la reapertura no está sobre la mesa. | Irene Arango

La Comisión de Turismo del Parlament balear rechazó ayer la propuesta del PSIB para instar al Govern, a Ports IB y al resto de administraciones implicadas a mantener las limitaciones del tráfico de ferris en el puerto de Sant Antoni.

Los diputados del Partido y Popular votaron en contra de la proposición no de ley presentada por los socialistas. Una propuesta defendida por el diputado Álex Pitaluga, que recordó que hace siete años el pleno del Ayuntamiento de Sant Antoni aprobó por unanimidad una declaración institucional instando al Consell d’Eivissa y al Govern balear a consolidar el puerto como «esencialmente deportivo, pesquero, lúdico y libre de mercancías».

Para Pitaluga, el fin de la limitación a ferris de más de 65 metros de eslora «supondría un beneficio para una minoría». El socialista tildó de «preocupantes» declaraciones del alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, «a favor de estudiar la posible reapertura del puerto». Una posibilidad que el Govern balear se comprometió a estudiar después de que la naviera Baleària solicitara formalmente poder atracar en el puerto de Sant Antoni para reanudar la ruta con Denia. «Es evidente que el peligro existe», apuntó el diputado Pitaluga.

Rechazada

La diputada de Vox María José Verdú justificó su voto en contra señalando que la medida impuesta en el puerto de Sant Antoni fue aprobada por «los partidos de izquierda, que con tal de limitar y ponerse el pin de defensores del medioambiente cargan con la Agenda 2030, con la economía de los ciudadanos y contra la continuidad económica de una isla».

Verdú recordó que un informe de Ports IB realizado por una consultora externa advierte que la principal afectación sobre la posidonia «viene de los emisarios» y que la limitación del tráfico de grandes ferris en Sant Antoni ha provocado «la saturación del puerto de Ibiza».

«Se olvidan de que la movilidad de las personas es un derecho fundamental que debe primar sobre la oposición al uso de una infraestructura esencial como el puerto de Sant Antoni. Hay que descongestionar el puerto de Ibiza y acercar la isla a la Península. La travesía (desde Sant Antoni) tiene menos duración y se gasta menos combustible. La reapertura conllevará beneficios para todos», sentenció Verdú.

Por su parte, la diputada del PP Marta Pereira apuntó que debe ser «el equipo de gobierno de Sant Antoni, de la mano del Consell, los que han de dibujar el mejor escenario posible, en equilibro con los intereses de la sociedad de Sant Antoni y la bahía».

Para Pereira, la bahía de Portmany «es espacio natural único que debe ser protegido. Y todas las actuaciones deben ser fruto del diálogo y el consenso». No obstante, recordó que desde que no atracan grandes ferris, el puerto «es una infraestructura pública infrautilizada que acumula dos millones de pérdidas».

La diputada ibicenca del PP también recordó el informe encargado por Ports IB en 2020 que «considera adecuado levantar las restricciones».

El diputado Pitaluga echó en cara a PP y Vox que «si realmente tenían intención de modificar esta situación, lo podrían haber puesto en el programa electoral, pero no lo hicieron».

Pitaluga también defendió que el tráfico de ferris en la localidad no comporta una incidencia relevante en la ocupación hotelera. De hecho, según apuntó en el Parlament, en 2018 con el puerto operativo, la ocupación en la zona fue del 82,73 por ciento y en 2019, sin barcos, llegó al 83,15 por ciento.

El apunte

Consell:la reapertura no está sobre la mesa

El presidente del Consell d´Eivissa, Vicent Marí, expresó semanas atrás su «sorpresa» y «malestar» tras conocer las intenciones de Baleària de operar este verano en el puerto de Sant Antoni con un buque de 86 metros de eslora. Para Vicent Marí, el proceder de la naviera «no es la manera de actuar» puesto que se debería haber informado al Consell d’Eivissa y al Ayuntamiento de Sant Antoni sobre sus intenciones. Marí recordó que el Consell trabaja en una iniciativa legislativa para regular la entrada de vehículos en la isla en verano y la propuesta de Baleària contempla trasladar en el barco Cecilia Payne hasta 200 vehículos por trayecto.