La reciente parternidad de Marcos Serra ha convertido a la primera teniente de alcalde, Neus Mateu Roselló (Ibiza, 1968), en la alcaldesa accidental de Sant Antoni. Un cargo que ostentará ahora durante apenas seis semanas y que no le supone ningún quebradero de cabeza. Acostumbrada a asumir retos, tanto deportivos como profesionales, Mateu ha recogido el testigo esta legislatura del Departamento de Obras, que en el mandato anterior estuvo paralizado bajo el mando del polémico concejal de El Pi Joan Torres. La Policía Local y las contratas del agua y la iluminación también están bajo su supervisión.

—Ha pasado casi un año desde las elecciones. Después de una legislatura muy complicada, en la que acabaron gobernando en minoría y sin poder aprobar los presupuestos de 2023, ¿se esperaba el apoyo tan mayoritario de los ‘portmanyins’?
—El pueblo respaldó el proyecto y el trabajo realizado, por lo que el resultado fue un reflejo de cómo fueron los cuatro años. Tuvimos un obstáculo para poder trabajar y con la mayoría podremos avanzar con mayor facilidad. Esperábamos ganar, pero quizás no por tanta diferencia.

—Las mayorías absolutas provocan que, a veces, los gobiernos se relajen y les acaba pasando factura en las siguientes elecciones. ¿Han tomado medidas para que no les pase esto?
—Estamos trabajando muy motivados y con la misma ilusión de siempre, porque esta diferencia en la manera de trabajar es un factor positivo. Siempre hay cosas que te gustaría que fueran más rápido en la administración pública. Ahora somos doce concejales con un reparto diferente y ha sido positivo.

—¿Se nota el cambio de gobernar un solo partido en vez de tres?
—Mucho.

—¿Cuál era el principal obstáculo en la legislatura pasada?
—Al tener dos socios, tenías que consensuarlo todo. Y consensuar es positivo, pero cuando tienes un socio que lo cuestiona todo es muy difícil avanzar.

—En las últimas décadas, Sant Antoni ha sido sinónimo de turismo sin control y la zona del West End ha sido el paradigma de este turismo. ¿Qué tipo de turismo quiere Sant Antoni y qué inversiones hará para cambiarlo?
—En los últimos cuatro años se incrementó el personal de Urbanismo y se empezó a trabajar de una forma más ágil. Se priorizaron las licencias para hoteleros que quisieran mejorar la calidad de sus establecimientos. ¿Cómo quieres cambiar y mejorar de modelo y no priorizar estas inversiones? Ya tenemos hoteles de cinco estrellas y los hostales familiares también han hecho un esfuerzo muy importante que hay que agradecer. La planta hotelera de Sant Antoni ha dado un cambio y esta es la primera piedra para intentar mejorar el turismo del pueblo. Pero la inversión privada tiene que ir de la mano de la pública y faltaba invertir en infraestructuras. En la pasada legislatura se hizo poco y despacio, pero ya se pudo empezar a trabajar en el West. Queda todavía mucho y hemos pedido para varios proyectos subvenciones del ITS, Next Generation, Turismo Sostenible… La avenida Isidor Macabich la reformaremos con el Plan del Consell d’Eivissa de 2023 y de 2024 con una inversión total de 3,5 millones de euros. Las obras del entorno de la iglesia se financiarán con Next Generation y antes del 31 de mayo reformaremos la primera fase de la calle Bisbe Cardona. Antes de que acabe el año tenemos que tener acabado la mitad de las obras. También hemos pedido financiación para cambiar estas calles con el ITS. Todo el casco urbano quedará reformado con unas subvenciones u otras. Se mejorará la eficacia de la red de agua y todo el cableado quedará soterrado, además de poder abastecer de gas natural a los establecimientos. También tenemos el proyecto de bulevar de Vara de Rey, que presentaremos a los vecinos y empezaremos un tramo antes de acabar el año. Todas estas inversiones en infraestructuras más las campañas buenísimas de promoción turística se está haciendo un muy buen trabajo global para que Sant Antoni cambie.

—¿Habrá cambios en la zona ZPAE o se dejará como está?
—La ZPAE es muy difícil eliminarla una vez instaurada porque hay que pasar unas sonometrías muy estrictas que con el ruido de los vecinos o de los camiones de la basura ya se sobrepasan. En invierno hemos conseguido que los establecimientos pudieran abrir más horas y también ampliar el horario de las terrazas. El anterior equipo de gobierno no entendía que cerrando las terrazas a medianoche provocaban más ruido porque la gente tenía que estar de pie en vez de continuar sentada en un restaurante.

—El borrador del nuevo decreto de excesos rebaja las sanciones. ¿Qué le parece?
—Nuestra petición es que se elimine la zonificación y se incida en el infractor. Este decreto nos permitía controlar a las bodegas, básicamente, que tienen que dejar de vender alcohol a las nueve y media de la noche y pueden tener abierto hasta las doce sin vender alcohol. Pero, ¿quién controla esto? Es muy difícil sin más recursos. Además, si las bodegas del otro lado de la bahía o los supermercados también pueden vender alcohol, el problema se puede trasladar a otras zonas. Nosotros también necesitamos más fuerzas y cuerpos de seguridad para que nos ayuden a aplicarlo. Luchar contra la venta de óxido nitroso también es una de nuestras preocupaciones. Este invierno nos hemos reunido con la Guardia Civil, Extranjería de la Policía Nacional, Fiscalía y vino el delegado del Gobierno en Balears a la última junta de seguridad. Esperamos que este verano todo lo que hemos organizado dé resultado, porque hasta ahora los que detienen los sueltan a las 48 horas porque no se considera un estupefaciente.

—¿Cómo combatirán la venta de óxido nitroso?
—Nos hemos reunido con Fiscalía y los que se demuestre que estaban vendiendo óxido nitroso serán denunciados por un atentado contra la salud pública, lo que permitirá que sean detenidos más de 48 horas. Esta será la clave. El año pasado hicimos cien detenciones pero a las 48 horas los soltaban. No hemos parado, como ya hicimos con la venta ambulante en Cala Saladeta. Y mira que era difícil, porque tenían gente vigilando. No la hemos erradicado al 100% pero casi. Llevamos un trabajo constante con nuestros policías para mejorar su seguridad en cuanto a equipación y también en formación. Pensamos que la plantilla está contenta porque trabajan muy motivados. Cada año diseñamos su plan de formación y hemos incluido todas las demandas que nos han hecho. En la pasada legislatura el departamento de Interior trabajó mucho en la modificación de la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) y todo el personal de la casa está muy contento. También estamos trabajando en la carrera profesional, que la tenemos muy avanzada.

—¿Cómo está la plantilla de policía?
—La plantilla es de 57 agentes y cuando entramos a gobernar hacía mucho tiempo que no se conseguía completar al 100%. Y decidimos que cada año aumentaríamos alguna plaza, porque no se puede todo de golpe. Nosotros necesitaríamos llegar a las 80 plazas, porque hemos pasado de 17.000 habitantes a 28.000. El cálculo de plazas está muy desfasado. Hemos invertido mucho consiguiendo seis auxiliares administrativos como teleoperadores, dos por cada turno, lo que supone que no haya ningún policía cogiendo el teléfono y puedan estar en la calle. Y ahora la plantilla es de 59 agentes. También hemos sacado seis plazas, de los que cuatro tienen que pasar por la academia. Esperamos poder cubrir todas las bajas y tener la plantilla al completo. Estamos muy contentos con la implicación de nuestros policías. Ahora estamos trabajando en la creación de una unidad específica para la lucha contra el intrusismo.

—Por lo que explica, ahora existe un clima muy distinto al que reinaba cuando gobernaba la izquierda. La concejala socialista que dirigía la policía, Aída, Alcaraz, ha salido absuelta de las denuncias por acoso laboral y el PSOE considera que ustedes deben pedirle perdón. ¿Lo ve así?
—Como equipo de gobierno no la hemos acusado de nada ni tenemos que pedirle disculpas. Lo único que se reclamó al PSOE es que cumpliera su propio código ético.

—Están construyendo una nueva oficina para el SATE. ¿Cuándo abrirá?
—Es un proyecto muy bonito porque la ubicación es privilegiada. Ports de Balears nos ha cedido el espacio por 30 años. Va un poco retrasada la obra porque se tuvieron que hacer cimientos más profundos. Si no está listo para el 1 de junio, ya hemos acordado con la Guardia Civil abriremos el SATE antiguo y no dejaremos de funcionar y cuando esté ya haremos el traslado. Ahora hace falta tener suficiente personal para poder cubrir un mayor horario. En la última junta local de seguridad, que vino el delegado del Gobierno con el teniente coronel, les pedimos este compromiso. El año pasado vinieron los GRS y más efectivos, pero necesitamos guardias civiles de patrullaje ordinario para la atención ciudadana. No podemos hacer operativos contra el óxido nitroso en el paseo si todas las llamadas las tenemos que cubrir nosotros. El delegado del gobierno nos aseguró que tendríamos los mismos efectivos que el año pasado. Hemos puesto a disposición de la Guardia Civil la casa de Sant Mateu, que tiene 17 plazas, ya que el Estado no nos ayuda a hacer vivienda ni cuarteles. Necesitamos un plus de insularidad que no llega. Aquí acaban viniendo obligados.

—La proliferación de gente viviendo en caravanas por falta de vivienda es una tónica en muchos puntos de la isla. ¿Han detectado muchos asentamientos?
—En la anterior legislatura hicimos un recordatorio de nuestra ordenanza señalizando la prohibición de acampada en la entrada del pueblo y en aparcamientos. El año pasado hubo un incremento y decidimos instalar gálibos para limitar la altura en la zona de la desaladora y el aparcamiento municipal delante del Lidl. Nos preocupa que se instalen caravanas en zonas boscosas por el peligro de incendios. Tenemos que tratar este tema en el Consell d’Alcaldes.

—¿Sant Antoni tiene algún solar público para que pueda ser usado por las caravanas?
—Nosotros no. Hay que buscar opciones, que se regule todo el tema de desagües para fecales y que haya un control.

—¿Y ceder algún solar para vivienda?
—El alcalde está trabajando con la iniciativa privada, porque solares propios no tenemos. Si se tienen que adquirir, se adquirirán, pero tampoco hay gente que quiera venderlos. Hay que seguir trabajando en la compra de terrenos.

—Una infraestructura que hace años de la que se habla es este paseo marítimo hasta Cala Gració. ¿En qué se está trabajando?
—El alcalde está en conversaciones con el alcalde de Sant Josep para ver cómo podemos avanzar nuestra parte sin tener que esperar a hacerlo todo, porque Sant Josep tiene mucho más tramo nuevo que incluso tienen que expropiar. Es un proyecto subvencionado con el ITS y estamos intentando agilizarlo. También queremos ampliarlo hasta Cala Gracioneta para poder instalar las pasarelas y que sea más accesible. En Obras también estamos acabando el proyecto de reasfaltado de calles y caminos. Hemos hecho el Camí de sa Vorera y estamos acabando unas calles en ses Païsses y anotando nuevas calles y carreteras que no han entrado para hacer una segunda fase. La próxima semana pondremos la primera piedra de la escoleta de Sant Rafel.

—¿Cuándo se abrirá la escoleta de Sant Rafel?
—El proyecto es de seis meses y tiene que estar acabada antes de que acabe el año porque está financiada en parte con Next Generation. Será muy difícil que abra en septiembre. Cabrán 67 alumnos.

—En Urbanismo han conseguido poner orden. ¿Cómo lo han conseguido?
—Esto hay que preguntárselo al alcalde y a los anteriores concejales de Urbanismo. Se hizo una restructuración de personal, poner orden y marcar prioridades. Ha funcionado muy bien.

—Antes les criticaban porque el departamento de Urbanismo estaba atascado y ahora también porque se ven muchas grúas.
—No hay más remedio si queremos evolucionar y tener viviendas. Y casi todas son por mejoras hoteleras y edificios residenciales.

—¿Qué postura tiene el Ayuntamiento de Sant Antoni con el puerto de Sant Antoni? ¿Quiere que vuelvan los ferris?
—Ahora no podemos posicionarnos porque estamos recopilando toda la información y todas las opiniones. El Govern balear nos dicen que nos harán las inversiones y mejoras que pidamos. Ahora mismo, la estación marítima está que se cae. Hemos hecho una ronda de consulta con las asociaciones y la mayoría dicen que es más positivo abrir el puerto, pero hay otros que dicen que no. Hay que llegar un consenso, pero el Ayuntamiento no hará nada en contra de la mayoría. Hay que mirar lo que es mejor para el pueblo.

—En las últimas semanas ha habido episodios de violencia en las gradas de campos de fútbol con dos clubs del municipio implicados. ¿Qué ha hecho el Ayuntamiento?
—Inmediatamente se convocó a una reunión a los clubs afectados, la Federación de fútbol y la policía. El concejal de Deportes dijo que iba a tomar medidas y se planteó el cierre de las instalaciones. Se será contundente.

—Si el Bàsquet Sant Antoni asciende a LEB Oro, ¿tendrá el apoyo del Ayuntamiento?
—Si sube habrá que incrementar la ayuda. Hacemos todo lo que nos piden, ayudamos en todo. En el departamento de Obras ya tenemos el proyecto para aumentar la capacidad de las gradas. El Consell d’Eivissa, que ya nos cedió el polideportivo, también nos ha dado una subvención para estas obras. También se hará una instalación para las pantallas LED. Un proyecto que suma casi un millón de euros. Tendrán nuestro apoyo 100 %.