El dueño alquiló un piso a un italiano que dejó de pagar y luego entró otra persona que tampoco pagaba. | Toni Planells

A las 08.00 horas de este miércoles se ponía en marcha un dispositivo de control de acceso en el edificio Balboa de la calle Jacint Aquenza del barrio de Cas Serres. Un dispositivo que Joan Marí asegura que «no he tenido más remedio que contratar», al encontrarse su piso okupado. «Hace más de dos años que no se paga alquiler de ese piso», asegura Marí, quien relata a Periódico de Ibiza y Formentera que «el piso estaba alquilado a un italiano que llevaba mucho tiempo sin pagar el alquiler». «Cuando llegó la orden de desahucio resultó que había otra persona, un okupa, y hubo que empezar de nuevo los trámites en el juzgado y no acaban nunca», argumenta el propietario a este rotativo, que denuncia que «ni el abogado ni el juzgado saben nada de cuándo será el lanzamiento y, de esta manera, nunca voy a recuperar el piso».


Gastos

«Además de lo que no me han pagado, ahora hay que añadir lo que me tengo que gastar en una empresa de este tipo para poder recuperar el piso», añade el propietario, que asegura que «he ido varias veces a pedirle que se marche, pero siempre me recibe con actitud chulesca. Incluso llegué a ofrecerle dinero para que se marchara». «Encima tener que pagarle va contra mis principios, pero cualquier cosa con tal de poder dormir tranquilo, tanto yo como los vecinos del edificio, pero me llegó a pedir un auténtico dineral que no puedo pagar», explica Marí. Y es que, tal y como relata el propietario, «también ha sido un calvario para los vecinos, desde tocarle el timbre toda la noche a ensuciar continuamente, peleas, gente durmiendo en las escaleras…».

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La luz y el agua del piso ocupado se encuentran precintados, «pero han roto el precinto en varias ocasiones», explica Marí. Desde la empresa de desocupación Hispaval explican que, además, «han pinchado la luz y el agua del edificio ocasionando problemas en el ascensor y en toda la comunidad, incluso estuvo cerca de ocasionar un incendio en el edificio reventando el cuadro de contadores».
«Hace años que me dedico a alquilar pisos y mi filosofía siempre ha sido la de alquilar durante todo el año», explica Marí mientras muestra su frustración asegurando que «ahora ya me estoy planteando alquilar sólo durante la temporada». «Con la inseguridad jurídica que tenemos los propietarios es normal que cada vez haya menos pisos disponibles y que aumente el problema de la vivienda en Ibiza; es normal que la gente tenga miedo a alquilar», denuncia el propietario.


Control de acceso

La primera jornada de control de acceso por parte de la empresa Hispaval transcurrió relativamente tranquila hasta el medio día, «cuando el individuo salió, le informamos y llamó a la Policía, que también le informó de que podemos estar aquí», explicaban desde la empresa. «Veremos lo que aguanta, ahora ya sabe que cuando salga ya no volverá a entrar», explican desde Hispaval, «así que es cuestión de tiempo que tenga que salir, aunque sea a por víveres».