Playas ocultas de Ibiza: Un paraíso Escondido para los Exploradores.

Ibiza, la Isla Blanca, es un territorio conocido por su animada e inacabable vida nocturna, por ser todo un paraíso terrenal con playas de ensueño y por la cultura hippie que se desarrolló en la isla a partir de la década de los 60.

Todos estos argumentos hacen de Ibiza un escenario imprescindible para cientos de miles de personas en verano, que colapsan muchos de sus playas, pueblos y espacios naturales. Sin embargo, todavía hay algunas calas vírgenes y playas ocultas y desconocidas que ofrecen tranquilidad y belleza natural. Llegar hasta ellas, en ciertos casos, es toda una aventura, pues los accesos no resultan cómodos.

Este artículo repasa varias de esas playas menos conocidas de Ibiza, las que buscan los turistas o residentes en la isla cuando ansían tranquilidad y vivir una experiencia privada. En algunos casos, ese acceso puede llegar desde tierra o incluso desde el mar, si tienes la suerte de subirte a un barco para navegar su costa. Desde tierra, que es el modo más cómodo, lo ideal es el alquiler de coche en Ibiza. Además, si optas por esta fórmula podrás explorar la isla a tu ritmo, deteniéndote en los lugares más atractivos y sin presión por los horarios.

Cala Llentrisca

Cala Llentrisca, en el municipio de Sant Josep, es una pequeña playa situada en el suroeste de la isla. La cala es todo un refugio de tranquilidad que permite a quienes la visitan alejarse del bullicio propio de otras zonas de Ibiza.

Con una extensión de 150 metros y una anchura de 10 metros, Cala Llentrisca ofrece una panorámica inmejorable de toda la costa de Es Cubells e incluso a lo lejos se puede contemplar la Punta des Jondal. Su acceso, relativamente cómodo, te permitirá llegar a un escenario que aún conserva parte de su esencia pescadora, con varias casetas varadero y un pequeño embarcadero. Un dato importante, la playa no tiene servicios de baño y es un muy buen lugar para practicar snorkel.

Cala d’en Serra

Del sur de Ibiza nos desplazamos hasta el norte de la isla para llegar hasta Cala d’en Serra, muy cerca de Portinatx, una conocida localidad turística. Esta playa sí tiene servicios, en concreto hamacas, sombrillas y un bar, pero solo están disponibles durante el verano.

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La cala tiene unas dimensiones de 50 metros de largo y 15 de ancho. Es una playa aislada u poco conocida que también conserva algunas casetas de pescadores y que tiene poca profundidad, por lo que es ideal para nadar y practicar snorkel. En sus inmediaciones hay una ruta de senderismo muy popular que bordea la costa y llega hasta el faro de Moscarter, el más alto de Islas Baleares.

Cala Llentia

Ahora viajamos hasta la parte occidental de la isla, en concreto hasta el municipio de Sant Josep de sa Talaia. Allí encontramos una playa que es famosa por sus esculturas y su ambiente único. Si buscas una cala diferente, Llentia debe ser tu elección.

Este es uno de esos lugares que sí tiene un acceso más complicado, aunque si llegas a él la visita habrá merecido completamente la pena. Aquí el interés no es tanto la playa en sí sino el monumento Time and Space. Es un reloj solar conformado por 13 columnas y diseñado por Andrew Rodgers. Las columnas, de basalto sólido, están ubicadas junto a la costa, al borde de un acantilado, y tienen diferentes dimensiones, con la más alta que alcanza 10 metros y bañada en oro de 23 quilates.

Es Portitxol

Volvemos al norte, en esta ocasión para visitar Es Portitxol. Este pequeño puerto natural escondido entre acantilados ofrece una experiencia íntima y pintoresca. Su playa es una cala de rocas y grava con 80 metros de longitud y 5 de anchura. Está situada a 12 kilómetros de Sant Joan y a seis kilómetros de Sant Miquel.

Es una cala muy aislada y alejada de las rutas más turísticas. Solo la suelen frecuentar pescadores de las casetas que aún se conservan cerca de la orilla y algunos viajeros aventureros. Es Portitxol ofrece un acceso rodeado de acantilados y un frondoso pinar que culmina en un paraje impresionante con aguas cristalinas y mucha tranquilidad. Como puedes imaginar, no hay servicios en la playa y para llegar a ella hay que recorrer una larga caminata por una ladera escarpada junto al mar.

Punta Galera

Terminamos este repaso con Punta Galera, en Sant Antoni. Esta plata es conocida por sus formaciones rocosas y sus vistas espectaculares. Se trata de un destino ideal para los amantes del buceo y para quienes buscan disfrutar del mar y la orilla con absoluta calma.

Esta cala de toca lista tiene 150 metros de longitud y 10 de anchura. Está localizada cerca de Cala Salada y es, sin duda, uno de los paisajes más sorprendentes de toda la costa de Ibiza. Además, es conocida por su tradición nudista. Aquí no encontrarás servicios ni señalización para llegar, lo que unido a las rocas sumergidas en el agua y la falta de arena, ayudan a que no se masifique. Además, quienes la visitan saben que es un lugar tranquilo y respetan mucho esta máxima.