Joan Ribas, presidente de la Asociación de Comerciantes de Sant Antoni. | Daniel Espinosa

El servicio de estacionamiento gratuito por rotación entró en vigor el 6 de octubre de 2017 en el núcleo urbano de Sant Antoni. El sistema del nuevo equipo de gobierno sustituyó a la anterior zona azul y permite, hasta día de hoy, estacionar con un límite máximo de dos horas en los espacios de la calzada delimitados por las líneas azules. Asimismo, el Ayuntamiento facilita a través de la Oficina de Atención al Ciudadano relojes para controlar los horarios.

Joan Ribas, presidente de la Asociación de Comerciantes del municipio, explica que en aquel momento se mostraron favorables a que se aprobara la modificación de la ordenanza que establece que el servicio sea gratuito, aunque ya entonces advirtieron al equipo de gobierno de que iba a ser un tema muy difícil de controlar. «Si nos preguntaran ahora apostaríamos porque se volviera a poner de pago, y que el servicio fuera gestionado por una empresa privada que se encargue de controlar el tiempo que los coches permanecen estacionados», asegura.

El cambio de criterio viene motivado porque, según los comerciantes, ya no hay movimiento de vehículos como antes, lo que perjudica a los comercios del núcleo urbano, que se alimentan de esta movilidad y de la entrada y salida de clientes en sus negocios. Y esto es así, argumentan los comerciantes, porque antes la empresa que gestionaba la zona azul tenía contratado a personal que mantenía la zona controlada durante todo el día y multaba a aquellos vehículos que infringían las normas. En cambio ahora, como lo controla la Policía Local, «que está muy ocupada haciendo otros trabajos que tiene que hacer», el control es mucho menor. «La policía no hace este trabajo como quizá debería hacerlo o al menos con la misma solvencia que lo haría una empresa privada si gestionara el servicio», afirma Ribas. Según el presidente de la Asociación de Comerciantes, la gente se ha «malacostumbrado», en el sentido de que dejan los vehículos aparcados durante prácticamente todo el día, cambian el ticket a conveniencia o ponen horas engañosas «y si tienes suerte no te multan porque no lo ven». Así, para los comerciantes la idea del estacionamiento rotatorio es buena si hay un control continuo. «Es lo que pedimos». Sin embargo, Ribas reconoce que la plantilla de la policía es «escasa», lo que hace todavía más difícil controlar el servicio. «El Ayuntamiento siempre se excusa en la Ley Montoro (Ley de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera), que no les deja contratar a más personal, pero eso es algo que ya sabían cuando implantaron la norma.

Otra de las quejas más recurrentes de los comerciantes del centro de Sant Antoni es que el núcleo urbano se está vaciando. «La gente que vive en las afueras, en Ses Païsses, Cala de Bou, etcétera, viene con menos frecuencia al centro a comprar porque no encuentra aparcamiento, así que termina comprando en otra parte», explica Ribas.

Señalización
Muchos ciudadanos afirmaron desconocer cómo funcionaba el nuevo sistema, pese a que la normativa lleva más de año y medio en vigor. Manuel Balboa, vecino de Sant Antoni, es uno de los vecinos preguntados que conoce cómo funciona la norma. Según este vecino, parece que haya que «tocarle el bolsillo» a la gente parece que aprenda más rápidamente. «Desgraciadamente muchas veces es así», reconoce. En su caso, se enteró de la implantación del nuevo sistema porque fue multado y debido a ello, considera que la mayoría de la gente del municipio lo sabe. Sin embargo, muchos de los vehículos de la zona azul permanecían ayer a media mañana estacionados sin el reloj que facilita el Ayuntamiento y sin señalar la hora a la que habían aparcado.

Joan Torres, concejal de Mobilitat del Ayuntamiento de Sant Antoni, asegura a este periódico que se ha reforzado el sistema de señalización, algo que también Aída Alcaraz, concejala de Governació.

Interés general
En este sentido, Alcaraz informa de que el Consistorio ha realizado 1572 multas desde el 1 de enero hasta el pasado 5 de noviembre, ya sea por vehículos que no contaban con el reloj indicativo o que se excedieron en el tiempo de estacionamiento permitido. De ellas, 921 ya han sido cobradas, 224 se encuentran en vías de ejecutarse y 427 se están tramitando.

Para Alcaraz, el sistema de estacionamiento de pago no está justificado, ya que el Ayuntamiento solo recauda una media de 30.000 euros con el sistema, por lo que es mayor el gasto que el beneficio para la ciudadanía. «Tenemos que mirar por el interés general. Implantamos el sistema del reloj porque los beneficios para el Consistorio son escasos en comparación con el gasto que supone para el ciudadano», argumenta Alcaraz. Las infracciones, leves o graves, son sancionadas con 100 o 200 euros, en función de la gravedad de la infracción cometida. Según el Ayuntamiento, las multas se han incrementado durante el presente año.