Un ciudadano español, J.G.C., y otro marroquí, M.S., fueron acusados en su día de haber irrumpido en un local de Figueretes, hace seis años, armados con una escopeta recortada para perpetrar un atraco.

En el juicio celebrado en aquella ocasión, ambos fueron absueltos de los cargos al no encontrar el tribunal que los juzgó pruebas concluyentes contra ellos. Ahora, el asunto ha dado la vuelta, y los en un principio acusados se han convertido en acusadores. Concretamente, M.S. acusa al hijo del dueño del local de haber sacado aquella noche una escopeta, que se disparó tras un forcejeo causándole una herida en el brazo derecho, por la que tuvo que estar ingresado 90 días.

Durante la vista celebrada ayer en Eivissa, el ministerio fiscal solicitó la absolución del acusado, J.P.R., alegando los mismos motivos por los que fueron liberados de los cargos los anteriormente acusados, es decir, por falta de pruebas concluyentes en su contra. La fiscalía reconoció como probado que hubo un forcejeo con un arma de por medio, pero consideró imposible, a tenor de los testimonios exhibidos durante la vista, concretar si el arma la introdujeron esas dos personas o si se encontraba en poder del ahora acusado.

Las dos versiones coinciden a la hora de señalar que tuvo lugar un forcejeo y que el arma se disparó, hiriendo a M.S. La acusación solicitó ayer una indemnización de 900.000 pesetas por los días que tuvo que permanecer éste ingresado y 3.000.000 más por haber quedado incapacitado para seguir trabajando como albañil.