El acusado tomó imágenes a niñas que invitaba a posar desnudas en los callejones de la muralla.

JOSE JAVIER MONERRI Un vecino de Eivissa, procesado por un delito de pornografía de menores, tendrá que someterse durante cinco años a un tratamiento médico de educación sexual. Esta es la pena impuesta, con el consentimiento del acusado, después de que fuera juzgado por hacer fotografías a niñas desnudas, un hecho que motivó su detención por última vez el verano pasado al recoger la policía el testimonio de dos menores que aseguraron que dicha persona había intentado tomarles una serie de instantáneas en las cercanías de Dalt Vila.

La Fiscalía sentó en el banquillo al acusado, un hombre de 53 años de edad también vecino en su día de esta parte de la ciudad, con la petición de que cumpliera una pena de tres años de cárcel.

Durante el juicio, el ministerio público rebajó la pena a dos años al mismo tiempo que solicitaba que se suspendiera esta condena si el sospechoso se avenía a someterse al citado tratamiento bajo vigilancia del juzgado. En caso de no cumplir esta premisa, tendrá que ingresar irremediablemente en prisión.

El acusado aceptó en todos sus términos la opción que se le ofrecía y al haber acuerdo entre las partes personadas en el caso, la juez recogerá esta decisión en una sentencia de conformidad.

El Grupo de Delincuencia Urbana culminó la detención de esta persona a finales del pasado mes de agosto con un registro domiciliario en un piso de la calle Isidoro Macabich en el que se encontraron instantáneas que probaban que al menos cuatro menores habían sido víctimas del sospechoso, así como en una tienda de revelado. Una buena parte de estas fotografías, en posiciones obscenas, fueran tomadas en los callejones de las murallas de Dalt Vila.