Ocho de los nueve miembros del jurado popular que ha juzgado el asesinato de Eivissa de Eduardo González Arenas, ex líder de la secta Edelweis, declararon ayer culpable al joven Juan Martín. En un veredicto, que se conoció sobre las 18.30 horas de ayer, (en el primer día de deliberación), se anunció que se considera al acusado culpable de asesinato. El jurado rechazó que los trastornos de personalidad que padece Juan Martín le hubieran afectado en sus facultades mentales. Sin embargo, el tribunal popular, por una mayoría de cinco a cuatro, decidió que se solicite al Gobierno un indulto parcial para el joven que mató a «Edie», debido a que no tenía antecedentes penales. Es la primera vez que en Palma un jurado popular solicita esta medida de gracia para un acusado. El fiscal Antonio Torres, tras escuchar el veredicto, pidió al juez Juan Pedro Yllanes que imponga una condena de 17 años de prisión, la misma que ya solicitaba al inicio del juicio. El abogado defensor José de Juan Orlandis pidió que se impusiera la pena mínima por asesinato. La sentencia del juez se conocerá la próxima semana.

El asesinato se cometió el día 1 de septiembre del pasado año en una heladería de Eivissa. Eduardo González había salido de prisión. Cumplió seis años de los 168 a los que fue condenado por 28 delitos de corrupción de menores. «Edie» y el acusado se citaron en la heladería. A la reunión estuvo el abogado del pedastra. Cuando éste último se marchó, Juan Martín entró en el local. Al salir sorprendió a Eduardo por la espalda, le agarró la cabeza con una mano y con la otra le provocaba un corte en el cuello. Después se marchó y esperó en la otra parte de la calle. Mientras tanto, la víctima pedía ayuda. Subió a un taxi y pidió que lo llevaran a un centro médico. Cuando llegó ya había muerto. El acusado ha reconocido desde el principio que asesinó a Eduardo González y que lo hizo porque abusaba de sus amigos. Afirmó incluso que la víctima le ordenó mentalmente que lo matara, después de amenazarlo para que no molestara a sus amigos. Antes del crimen el joven había comentado a sus amigos que iba a matar a Eduardo. Había querido conocerle porque sabía que entregaba dinero a sus amigos. El asesino afirmó que la víctima le había enviado a tres hombres para amenazarle y que pretendía que se marchara de la Isla. Sin embargo, negó en todo momento que «Edie» hubiera abusado sexualmente de él, si bien afirmó que se lo había propuesto.