El asesinato de un niño albanés de ocho años a manos de un adolescente pedófilo de 17, que vivía en el mismo edificio, ha causado una fuerte conmoción en Italia, donde durante tres días se siguió con especial atención la desaparición y búsqueda del pequeño. Finalmente el joven confesó su crimen después de indicar a la Policía el lugar donde se encontraba el cadáver del niño, que al parecer fue estrangulado al resistirse a las pretensiones de su vecino de abusar sexualmente de él.

El fallecido, Claudio Hoxha, era el mayor de los tres hermanos de una familia albanesa instalada desde hace diez años en la localidad italiana de Mariano Comense, en el norte del país.

Ante la eventualidad de posibles represalias, la familia del acusado, que hoy será interrogado por el juez, ha sido trasladada por la Policía a otro lugar en medio de fuertes medidas de seguridad.

Mientras se suceden las reacciones que piden medidas al Gobierno para evitar la repetición de estos crímenes, diversas asociaciones para la tutela de los menores han solicitado que los pedófilos sean «fichados» y la Unión Sindical de la Policía, por su parte, lamentó que no esté vigente la pena de muerte para este tipo de delitos.