La necesidad de obtener dinero para pagar fuertes deudas parece estar según todos los indicios detrás de la oleada de atracos a mano armada en gasolineras a la que ha puesto fin la Guardia Civil de Sant Antoni. El sospechoso de estos robos, José M.S., un joven ibicenco de Sant Jordi, precisaba de efectivo para solventar una suma que ya rondaba los cinco millones de pesetas, según ha podido averiguar este periódico. No tenía antecedentes policiales.

Nuevos datos que ha podido conocer este diario en el entorno del acusado revelan que su sueldo obtenido por un trabajo relacionado con el sector de la construcción no alcanzaba para sufragar distintos bienes recién adquiridos.

José M.S., que probablemente pase hoy a disposición judicial, fue sorprendido por una patrulla de la Benemérita en la carretera de Sant Antoni, cerca de Eivissa, montado en su bicicleta veinte minutos después de que tuviera lugar el atraco de la «Estación Portmany» a las 0.30 horas del miércoles. El ciclista, sin embargo, ya no llevaba puesto el chandal que se usó en los atracos y el cual fue intervenido por la Guardia Civil.

La investigación ha determinado que cambiarse de ropa era una de las precauciones que adoptaba, al igual que camuflar su bicicleta tras «envolverla» con cinta aislante de color amarillo para cambiar su color. Veinte minutos le bastaron para ponerse otra vestimenta y desplazarse con su bicicleta, al parecer llegando incluso a transitar caminos, hasta otro punto de la isla lejano al lugar del último de los tres robos que se le imputan además de otras tentativa en la misma «Estación Pormany» de la Avenida Doctor Fleming de Sant Antoni.