Los dos turismos quedaron encajados en uno de los carriles. Foto: A. SEPÚLVEDA.

Una distracción fatal y tres muertos. El dramático accidente de la madrugada de ayer en la carretera de Porto Cristo se debió a un despiste de uno de los conductores, que invadió el carril contrario, según confirmó ayer un portavoz de la Guardia Civil.

La tremenda colisión, que adelantó Ultima Hora en una de sus ediciones de ayer, sobrevino a las 23'55 horas, cuando un Peugeot 405, con matrícula PM-7993-BU, que circulaba en dirección a s'Illot, enfiló un tramo ligeramente curvo en la carretera que une Porto Cristo con Son Servera. Se trata de una vía secundaria, angosta, y que a esas horas no registraba una gran circulación. En el turismo viajaba el conductor, Francisco Javier Corrales Jiménez, de 22 años, y una acompañante: María Almudena Vázquez Parra, de la misma edad. El joven se distrajo por motivos que no han trascendido e invadió el carril contrario, con la mala fortuna de que justo en ese momento circulaba por aquel tramo un Renault Clío con una familia que se dirigía a Porto Cristo.

El impacto fue brutal y los dos turismos quedaron encajados, retorcidos y en estado irreconocible. El Peugeot recibió el golpe en el lateral del ocupante y quedó deformado en forma de «V». Sus dos ocupantes murieron casi al instante. El Renault Clío se estrelló frontolateralmente y el que se llevó la peor parte fue David Heredia Muñoz, un niño de 7 años que sufrió heridas críticas. Sus padres, José Heredia Heredia, de 30, y María Trinidad Muñoz López, de la misma edad, quedaron conmocionados, sangrando y con lesiones de pronóstico grave.

En los minutos siguientes la Guardia Civil y los servicios de emergencia recibieron varias llamadas telefónicas de otros conductores que se encontraron, de repente, con aquel espectáculo dantesco. Cuando los sanitarios llegaron el pequeño David estaba agonizando y dejó de existir al poco tiempo. Los bomberos tuvieron que cortar la parte superior del Clío para poder sacar a sus tres ocupantes, mientras la Policía Local y la Guardia Civil regulaban el tráfico. Sólo uno de los dos carriles quedó despejado y los vehículos tuvieron que esperar pacientemente para pasar por aquel punto kilométrico.