Giovanni Greco, el «capo» detenido en Santa Gertrudis en 1997, cumplirá en los próximos días dos meses en paradero desconocido. La policía continúa intentando su localización para que se pueda cumplir la orden de extradición cursada por las autoridades españolas para que dicha persona sea trasladada a Italia.

El Consejo de Ministros, que autorizó la entrega de Greco, en este sentido, concedió ayer la puesta a disposición de Italia de otros dos mafiosos: Antonio Martucci y Primo Ferraresi, ambos procesados en su país de origen por presuntos delitos de narcotráfico.

La policía no ha descartado la posibilidad de que Giovanni Greco se encuentre aún en Balears. De hecho, su último lugar de residencia estaba fijado en Mallorca. En esta isla se estableció definitivamente después de haber pasado un tiempo escondido en Eivissa, un lugar donde llegó a trabajar como pescador bajo la identidad de «Domingo».

Las últimas informaciones que se recogieron sobre Greco, que anunció su «desaparición» pocos días antes de 1 de agosto, fecha en que se pidió su reingreso en prisión, fueron las sospechas de que éste estaba siendo apoyado por una «estructura» de la «Cosa Nostra», con importantes ramificaciones en las Islas, que se estaba encargando posiblemente de esconderle hasta que pudiera salir del país.