El pescador fallecido llevaba pocos meses embarcado. Foto: M.FUSTER.

El pesquero «Antonio Cid II», con base en el puerto de Carboneras, en Almería, fue pasto ayer de la llamas cuando navegaba por aguas de cala Rajada y de sus diez tripulantes uno perdió la vida, ahogado, y otros nueve resultaron intoxicados por el humo o con síntomas de hipotermia.

Fuentes del centro de emergencias del 112 y de la Guardia Civil, informaron que el fuego se declaró en la embarcación poco antes del mediodía, cuando se hallaba a dos millas de Capdepera, frente a sa Font de sa Cala. El centro de Salvamento Marítimo de Almería recibió una llamada desesperada de auxilio desde el propio «Antonio Cid II» y de inmediato se puso en marcha el dispositivo de emergencia, en el que participó una patrulla de la Benemérita, la embarcación «Cavall Bernat» de Salvamento Marítimo de Palma, y el patrullero «Deva» de la Armada. Sin embargo, los primeros en llegar hasta el pesquero fueron un llaüt y una lancha, que recogieron del mar a los diez tripulantes. Abraham B., un senegalés de unos 30 años, falleció ahogado y el resto de pescadores presentaba hipotermia o intoxicación por humo.

Los marineros fueron identificados como José Hernández Caparrós, de 16 años, Juan Torres Contreras, de 39, Julián Caparrós Hernández, de 38, Bartolomé Ruiz Cano, de 45, José Manuel Hernández Casado, de 40, Lamin Segor, de 36, y Rodolfo Ciscar Molner, de 35. Ambulancias Insulares y el 061 los trasladaron hasta los hospitales de Muro, Alcúdia y Manacor. El patrón y el segundo de a bordo, cuyas identidades no han sido facilitadas, no fueron hospitalizados y se embarcaron con Salvamento Marítimo para presenciar las labores de remolque. El pesquero quedó completamente destruido y al cierre de esta edición estaba a punto de zozobrar.

La Policía Judicial de Manacor ha abierto una investigación para aclarar las causas del incendio y ayer tarde los funcionarios se entrevistaron con el patrón y con otros marineros para conocer más detalles de lo ocurrido. Los pescadores comentaron que, de improviso, vieron salir humo de los motores. El barco está diseñado en fibra y la nube tóxica originada por el humo les obligó a lanzarse al mar.