Este es el momento que una ambulancia del 061 se lleva al empleado herido en el robo a la sucursal de Cala Bou. Foto: K.T.

José Antonio Torres Boned, un empleado de la Caixa de 31 años y vecino de Jesús, se hallaba anoche en la Unidad de Cuidados de Can Misses donde se vigilaba la evolución favorable de las heridas que sufrió en un costado después de que un encapuchado, un hombre de mediana edad, le disparara con una escopeta de cañones recortados nada más irrumpir a primera hora de la mañana en la sucursal de Cala Bou donde la víctima trabaja. El ladrón escapó con un botín próximo a las 150.000 pesetas, aunque otras fuentes señalaban una cantidad muy inferior. El disparo le causó al empleado desgarros múltiples con estallido del intestino, entre otras lesiones calificadas como muy graves.

Todo fue muy rápido. Torres Boned, que lleva dos años trabajando para la citada entidad de ahorros tras dejar su trabajo como administrativo en «Pepsi», se vio sorprendido por un grito y un repentino disparo que le hirió en su costado izquierdo cuando se giró para ver lo que estaba ocurriendo. En ese momento eran cerca de las 8.45 horas y en la oficina se hallaba tan sólo él y otro empleado, al parecer el director de la sucursal, que se encontraba dentro en un despacho. Otro de los empleados estaba en esos instantes tomando café, según la distinta información recogida por este periódico.

El ladrón, un hombre de unos 1.70 metros, cubierto con un verdugo de color rojo y con pantalón y jersey de color azul, no dio opción. Fue como si todo lo tuviera muy planeado. Conforme abrió la puerta del local sacó el arma y encañonó al empleado. En menos de un segundo se limitó a pedir el dinero con un fuerte grito y seguidamente apretó el gatillo de la escopeta de caza con cañones recortados del calibre 12 que llevaba al menos cargada con un cartucho. Cogió el dinero que pudo y huyó mientras dentro de la oficina se reaccionaba. El director del banco salía de su despacho tras escuchar los ruidos y la detonación justo cuando el asaltante se daba ya a la fuga.

Una UVI móvil del 061 trasladó a José Antonio Torres a Can Misses. El herido no perdió en ningún momento la conciencia y a su llegada entró en quirófano para ser intervenido, de donde salió sobre la una de la tarde. La Guardia Civil, con un amplio dispositivo de búsqueda movilizado, continuaba al cierre de esta edición tras la pista del sospechoso sin que se hubieran dado nuevos datos sobre la marcha de la investigación abierta.