En la imagen, uno de los juicios celebrados ayer por la Audiencia Provincial en Eivissa.

La Audiencia Provincial condenó ayer a Carmelo Cabrera Medina a seis años de prisión y tres millones de pesetas de indemnización a la víctima por los daños morales causados por un delito de agresión sexual. La sentencia se dictó tras llegar a un acuerdo la defensa del acusado y la Fiscalía, cuya primera solicitud para el encausado era de trece años de prisión y los tres millones mencionados. Además, Cabrera Medina no podrá acercarse al domicilio en el que se cometió el delito o al lugar donde resida la víctima durante los próximos cinco años.

Por otra parte, en uno de los juicios celebrados ayer por la Audiencia Provincial, la Fiscalía solicitó la pena de nueve años de prisión para el súbdito británico G.D., por un delito de tráfico de drogas, mientras que la defensa pidió al tribunal que dicha pena fuera rebajada a cuatro años de cárcel.

G.D. fue detenido sobre las 15'00 horas del 24 de julio del pasado año en la carretera que lleva de Sant Antoni a Eivissa, a escasos kilómetros de la primera localidad. Al ser interceptado por los vehículos de la Policía Nacional, el acusado, tal y como reconoció durante la vista, arrojó una bolsa que contenía 1.915 pastillas de éxtasis por la ventanilla. Según el relato de los hechos realizado por el acusado en el interrogatorio, recogió dicha bolsa junto a unos pinos en las cercanías de Sant Antoni y debía entregarla posteriormente a otra persona, fin que no pudo lograr al ser detenido.

G.D. estaba acompañado por una segunda persona en el vehículo al ser arrestado, aunque aseguró que ésta, otro súbdito británico, desconocía por completo el contenido de la bolsa. El acusado alegó que realizó dicha acción por encargo de la persona que le suministraba droga (concretamente cocaína, sustancia estupefaciente a la que reconoció ser adicto) debido a que le debía una fuerte suma de dinero y había sido amenazado por ello. El destinatario de la droga debía entregarle 1.250.000 pesetas que, a su vez, debía hacer llegar a su 'camello', dijo G.D.