En el interior del «Miki Uno» fueron encontrados un gran número de fardos que contenían un total de 3.700 kilos de hachís.

El Ministerio de Agricultura y Pesca contrató los servicios del «Miki Uno» para poder realizar estudios de los fondos marinos. Este fue uno de los trabajos que realizó el catamarán apresado a mediados de mes en aguas de Formentera con 3.700 kilos de hachís antes de que una red de narcotraficantes se hicieran con sus servicios.

El «Miki Uno», un barco con matrícula de Castellón y que tenía su atraque en el puerto náutico de esta localidad, contaba con los permisos necesarios para que lo explotara quien lo requiriera. Así tambié se le buscó ocupación para distintas utilidades que le dieron diversas escuelas de buceo de la zona, especialmente en cursos en las Columbretes.

La embarcación interceptada por unidades del Departamento de Aduanas e Impuestos Especiales de la Agencia Tributaria visitó las costas de Almería el año pasado, fecha en la que se ocupó de llevar a cabo una serie de mediciones de los fondos -telimetrías- antes de zarpar con nevo destino al puerto de Oropesa. El periódico «Mediterráneo» también informa que el catamarán, de quince metros de eslora y construido en los astilleros Astiboat S.L. de Almassora, fue visto pocos días antes de la operación policial que concluyó con su intervención anclado en Castellón.

Las informaciones que se dieron en su día indicaban que la investigación barajaba la costa levantina precismente como uno de los lugares elegidos por los «narcos» para descaragar el alijo. Sine embargo, también hay sospechas de que este cargamento pudiera tener como destino el sur de la isla de Mallorca.