Los bomberos emplearon mucha agua en las labores de extinción del incendio. Foto: K.TABERNER.

El operativo contraincendios que se ha reunido en Eivissa con motivo del fuego forestal declarado en Sant Vicent trabajaba ayer tarde ya sobre una zona acotada, al menos sobre el mapa. El incendio se daba por estabilizado una vez cumplidas las 48 horas que marcaron su inicio después de que haya afectado a una extensión de bosque cercana a las cien hectáreas, la misma que se estableció en las previsiones más pesimistas que se hicieron tras las primeras horas en un cifra que supone el total de la masa forestal perdida en Eivissa durante el año pasado. Pero las cosas pudieron complicarse aún más en Eivissa. El Parque Insular se volvió a poner en alerta por la noche por dos avisos de fuego en Cala Jondal y Sant Miquel, ambos al lado de la carretera y junto a zona boscosas. En ambos se llegó a tiempo para cortarlos.

Los bomberos y los medios aéreos pudieron así ayer hacerse con el frente del oeste. El otro foco, el ubicado al norte y en dirección al mar, ya se daba por prácticamente controlado al llegar la noche del jueves. A última hora de la tarde, al cierre de esta edición, los esfuerzos se centraban en combatir las bolsas de fuego que quedaron dentro del perímetro que se logró estabilizar. Este objetivo es primordial para evitar nuevas sorpresas. Los focos activos estaban siendo atacados plenamente ayer tarde, con continuas pasadas de los aviones y los helicópteros, así como con los esfuerzos de las brigadas terrestres que han ido relevándose conforme pasaban las horas.

De hecho, dos de los Canadair que vinieron de refuerzo de la Península pudieron regresar a sus respectivas bases en Madrid y Sevilla al no necesitarse ya su presencia. El fuego se localizó en sus comienzos en dos claros focos en una zona cercana a Sant Vicent. Desde allí avanzó sin control en dirección a sa Talaia y al Puig de ses Penyes. Se esperaba poder cercarlo antes de que llegara a las zonas de acantilado, pero las llamas se reavivaron.