En ambos casos, ninguno de ellos de fatal desenlace, el rescate se tuvo que hacer a bordo de una embarcación neumática. Foto: K.T.

Los acantilados que bordean el barrio de sa Penya se están convirtiendo en las últimas fechas en una trampa para muchos de aquellos que se acercan hasta ellos intentando alcanzar la breve franja de playa que hay en su base. Ayer, los servicios de la Cruz Roja y Ambulancias Insulares, auxiliados por agentes de la Policía Local de Eivissa, tuvieron que hacerse cargo de dos hombres que se precipitaron en dicho lugar.

Uno de ellos, A.B. apareció a primera hora de la tarde tendido sobre las piedras que forman la pequeña playa. Alertada la Policía Local, una patrulla se personó en la zona y avisó a los servicios médicos para organizar el rescate. Pero alguien llamó la atención de la policía, advirtiendo a los agentes de que al final de la playa había un bulto que parecía moverse. Se trataba de un segundo accidentado, aunque en su caso, al ver que iba a ser atendido y rescatado, contó que había caido la noche anterior y que permaneció allí desde entonces.

Así, por mar llegó un equipo médico a bordo de una lancha neumática de la Cruz Roja, la cual se unió a una moto acuática de esta misma institución que ya había llegado hasta los acantilados para comprobar el estado de los dos hombres heridos.

Ambos fueron evacuados hasta las instalaciones de Cruz Roja en el puerto de Eivissa, desde donde fueron evacuados a centros hospitalarios. Fuentes consulatadas por este periódico indicaron que ninguno de ellos, al parecer, presentaba heridas de gravedad por la caida al vacío.