309 botellines de éxtasis líquido aprehendidos este mismo mes por la Guardia Civil.

Desde el hospital de Can Misses llega un dato que, como poco, estremece. Al menos una de estas personas ingresadas por abusar de alguna sustancia estupefaciente llega en estado de coma a las instalaciones hospitalarias, aunque, tras permanecer algunas horas sin ningún tipo de consciencia en una cama del servicio de urgencias, despiertan en un estado más o menos recuperado y abandonan el hospital sin que se haya llegado a abrir siquiera una ficha de su nacionalidad, sexo o edad.

Esta misma situación, reflejada en el hecho mencionado de que tras despertar abandonan el hospital, dificulta sobremanera el poder llevar una estadística más o menos elaborada acerca de la incidencia de este tipo de situaciones en nuestra isla.

Conocido el consumo de sustancias estupefacientes que tiene lugar en Eivissa podría extraerse una conclusión provisional, afirmando que la mayoría de estos casos de coma momentáneo tienen que ver con el consumo del llamado éxtasis líquido, un compuesto transparente como el agua aunque poseedor de unos efectos depresores y sedantes en el sujeto que lo consume. Además, pese a su nombre más popular, esta droga no tiene realmente nada que ver con el éxtasis, un derivado anfetamínico y estimulante. De hecho, el éxtasis líquido se denomina, más correctamente, GHB (Gammahidroxibutirato) y su consumo debe realizarse gota a gota, puesto que una ingestión superior puede provocar el coma, que los expertos consideran reversible en poco tiempo.

Ahora bien, los síntomas que puede llegar a provocar el GHB no se limitan tan sólo a este coma médico reversible. Los estudios efectuados sobre esta sustancia concluyen que una vez que recorre el organismo del consumidor provoca un retraso en las reacciones y en la formulación de ideas. Y no termina en esos puntos la toxicidad del GHB. Además de los riesgos ciertos de caer en una somnolencia extrema, el Gammahidroxibutirato puede causar cefálea, depresión neurológica, confusión, incontinencia, debilidad muscular y temblores, entre otros síntomas. Una factura tal vez demasiado alta para quienes buscan en el GHB un aumento de la euforia, sociabilidad y deseo de comunicación.

Pero en Eivissa saltó la alarma para los centros y agencias antidroga, al comprobarse que en la isla se había encontrado una variación sobre el GHB original al ser mezclado con ketamina, también de efectos anestésicos, aunque mucho más potentes, creando un cóctel explosivo y de alta toxicidad. Un peligro que aumenta de manera considerable para la salud de los consumidores ante la falta de información acerca de esta droga, que puede llevar a mezclar un frasco entero en una bebida o a tomárselo directamente desde el mismo.