Un delincuente británico al que hubo de amputar una de sus piernas tras un doble accidente sufrido en Eivissa ha sido encarcelado durante tres años en su país después de que fuera detenido en un robo en el que la víctima se quedó con su prótesis. La rocambolesca historia de Eric Gardner, de la que se hace eco la prensa inglesa, se inició hace seis años. Gardner tuvo que ser sometido en Inglaterra a una operación de urgencia al regresar de sus vacaciones en Eivissa. Fue uno de los turistas caídos ese año por un balcón, un accidente que verano tras verano se repite en Sant Antoni por imprudencias de los propios accidentados. Pero los infortunios de Gardner no acabaron aquí. También fue arrollado por un coche, sufriendo graves lesiones en una pierna que ya había quedado malparada, según relató en su juicio su abogada.

Desde entonces su vida cayó más en picado de los que estaba. Desde 1986 el acusado poseía antecedentes por robo, atraco con agravantes, posesión, tráfico de drogas y daños a propiedades ajenas. Eric Gardner fue materialmente placado después de que hubiera intentado desvalijar a al dueño de una librería que iba a ingresar 2.000 libras esterlinas (cerca de 3.000 euros) en un banco en las afueras de Londres. La víctima se quedó con la pierna postiza del ladrón cuando, en medio de la pelea, se rompió la bolsa en la que iba el dinero y éste se esparció por toda la calle. Gardner, que causó varios cortes en la cara a su víctima en el lance, logró huir sin su prótesis y, pocos metros después, alcanzar un coche. Varios testigos, sin embargo, anotaron el número de la matrícula del vehículo. La historia salió en la prensa y Gardner, al verse descubierto, decidió entregarse. «Ha tenido una vida difícil sin una pierna. Ahora es un esclavo de las drogas», comentó su abogada.