El Wolkswagen Golf estaba estacionado frente a la puerta de la Estación Marítima de Eivissa.

La alarma la desató el Cuerpo Nacional de Policía, cuyos agentes vieron que este turismo tenía la matrícula en mal estado y algunos cables por fuera de la carrocería. Al comprobar que se trataba de una matrícula falsa comenzaron las sospechas. Ayer, la jefatura de prensa del Cuerpo Nacional de Policía negó cualquier tipo de información sin alegar ninguna razón coherente.

Los policías nacionales pidieron una grúa a la Policía Local de Eivissa, cuyos agentes ayer mostraron su molestia por el hecho de que el Cuerpo Nacional de Policía no les haya informado en ningún momento de lo que ocurría sin alegar para ello ninguna razón.

Ante la alarma de los mandos del Cuerpo Nacional de Policía, la Guardia Civil tomó el mando de la situación. Con el fin de asegurarse de que en el vehículo no había explosivos emplearon perros adiestrados. Un movimiento sospechosos de uno de los perros obligó a la Guardia Civil a tomar la decisión de realizar una voladura controlada del vehículo.

Eran cerca de las 2.30 horas de la madrugada cuando se procedió a la voladura controlada, después de haber desalojado la zona para evitar cualquier tipo de problema.

Utilizaron dos detonadores. Primero hicieron estallar la parte delantera del Wolkswagen Golf blanco y después la parte trasera. Una vez que se produjo la voladura del vehículo con estas dos detonaciones se comprobó de una vez por todas que en su interior no había explosivos y que tan sólo se trataba de dos delitos comunes: robo de coche e instalación en el mismo de una matrícula falsa.

Cientos de personas presenciaron desde lejos la escena. Algunos turistas se asustaron por el hecho de tener que desalojar parte de la zona del puerto.